El día después

En Coahuila, Manolo Jiménez aprovechó muy bien que Morena eligiera al peor candidato para representarlo en la entidad.

El día de hoy se estarán llevando a cabo elecciones en Coahuila y el Estado de México. Para muchos, los resultados están más cantados que las canciones de Juan Gabriel.

En el Estado de México, la candidata de la alianza PRI, PAN y PRD, Alejandra del Moral, se enfrentó a varios problemas. El primero, pertenecer del PRI, un partido que viene cargando con un desprestigio originado, no sólo por su pasado, sino también por su presente. Tener a Alejandro Alito Moreno como su presidente nacional y a Alfredo del Mazo como gobernador en la entidad es una pesadilla hecha realidad.

A Del Moral la dejaron sola, la abandonaron a su suerte y una campaña se gana con la fuerza y la estructura de los partidos. Del Mazo entregó la plaza y prefirió no meter las manos para que no lo metieran a la cárcel o le hicieran la vida de cuadritos. Pero no fue el único, los partidos que la apoyaron no demostraron ninguna capacidad de organización que hiciera la diferencia.

La candidata tampoco pudo demostrar que ella era más capaz que Delfina Gómez. Seguramente daba por sentado que la gente contrastaría su capacidad y preparación con la de su oponente. Sin embargo, esto no sucedió, la morenista resistió. Gómez sólo tenía la tarea de no equivocarse, de pararse y leer el discurso que le habían preparado o improvisar unas cuantas líneas. Algo similar a lo que le sucedió a la hoy gobernadora Evelyn Salgado en Guerrero, quien sólo cantaba en los mítines de campaña, mientras que el que tomaba la palabra era su papá.

La esperanza se centra ahora en que los mexiquenses salgan a votar masivamente y que, ahora sí, el PRI, PAN y PRD muevan las estructuras que les queden. 

En el caso de Coahuila, el candidato por el PRI, PAN y PRD, Manolo Jiménez, aprovechó muy bien que Morena eligiera el peor candidato para representarlo en la entidad, Armando Guadiana, y que el partido guinda se dividiera. También debe considerarse que el priista Esteban Villegas tiene mejores números de aprobación que su correligionario mexiquense. A Jiménez le quedaba hacer una buena campaña y lo hizo.

Las elecciones de hoy son especialmente importantes porque: 1. Se hizo evidente la grosera intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador en el proceso electoral del Estado de México; 2. Se pone a prueba la alianza PRI, PAN y PRD. No basta repartirse las candidaturas, tampoco unir sus siglas en la boleta, se requiere movilización y elección de mejores candidatos; 3. Morena tiene que pensar dos veces en seguir jugando a legitimar las propuestas del Presidente a través de dudosas encuestas. En las elecciones locales, el arraigo sí importa y la imposición ya demostró que trae consecuencias; 4. El desempeño de los gobernadores en los próximos meses será crucial, no sólo para elegir al próximo presidente o presidenta, sino también para obtener mayoría calificada en el Congreso. Hay gobernadores de Morena que están dejando sus entidades en llamas y que han demostrado una incapacidad supina. Entidades como Zacatecas, Veracruz, Morelos y Guerrero podrían recibir voto de castigo. En el caso del Estado de México, entidad muy importante para el 2024, el partido guinda esperaría que, así como aguantó Gómez en campaña, pueda llevar un gobierno razonablemente eficiente.

Después de mañana el país habrá cambiado y será el banderazo de salida para que muchos se suelten el pelo y comiencen a planear su siguiente paso político. Se registrarán destapes, renuncias, propuestas para elegir candidatos y lo que se acumule. El país se verá envuelto en un ambiente político especialmente tóxico promovido desde Palacio Nacional.

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