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INE: legitimidad política

Ruth Zavaleta Salgado

Ruth Zavaleta Salgado

Zurda

La crisis de legitimidad del presidente Carlos Salinas de Gortari, derivada de la duda de los resultados electorales de 1988, obligó a que, su mismo partido, el PRI, aceptará y aprobará las reformas constitucionales en materia de derechos humanos y político-electorales de la década de los años 90. Y es que a pesar de que la oposición acusó de fraudulenta a la elección (que organizó, todavía, la Secretaría de Gobernación), la conformación del Congreso de la Unión de ese entonces fue así: Legislatura LIV (1988-1991), Diputados: PRI, 260; PAN, 101; PFCRN, 34; PPS, 32; PARM, 30, y las diversas coaliciones de partidos de oposición en cada distrito electoral, obtuvieron 24. Senado: PRI, 60, y PM, 4. En la siguiente legislatura, LV (1991-1994), el PRI gozó de una recuperación de su hegemonía, Diputados: PRI, 320; PAN, 89; PRD, 41; PFCRN, 23; PARM, 15; PPS, 12. Senado, PRI, 61; PRD, 2; PAN, 1. Y, finalmente, en la LVI (1994-1997), Diputados: PRI, 300; PAN, 119; PRD, 71; PT, 10. Senado: PRI, 96; PAN, 24 y PRD, 8.

Esta conformación política del Congreso de la Unión evidencia que la decisión de quienes ejercieron mayoritariamente el poder político en esa década, fue darle mayor importancia a la transformación del régimen político por la vía de las reformas y no de la confrontación ni del aniquilamiento de la oposición (aunque nunca se frenó totalmente la persecución política y las confrontaciones políticas prevalecieron). Recordemos que los cambios votados por el poder legislativo, hicieron posible la creación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Electoral.

No fue la primera vez que se reformó la Constitución para conjurar posibles escenarios de ingobernabilidad o para apagar o aminorar los que ya se estaban fraguando al calor de las confrontaciones políticas en diferentes regiones del país. No está por demás recordar que, la reforma político electoral de 1977 se realizó después de una década de conflictos sociales y políticos en diferentes regiones del país. Incluyendo la represión estudiantil de 1968 y 1971. Ni tampoco se debe olvidar que previo al movimiento político de 1988 ya había una gran efervescencia social y política de sectores estudiantiles, sindicales y vecinales.

Pero lo que quiero resaltar respecto a esta coyuntura, es la actuación de los líderes de las élites políticas y su efecto en la construcción de las instituciones de la democracia. Fue voluntad de los principales actores políticos, que la solución del conflicto poselectoral fuera la creación de instituciones que garantizaron la transparencia de la competencia electoral. Cuauhtémoc CárdenasManuel ClouthierRosario Ibarra de PiedraHeberto CastilloPorfirio Muñoz Ledo, entre otros muchos, fueron los personajes que encabezaron esas decisiones. Si bien era cierto, fuimos miles o quizás millones de personas que estuvimos inconformes por los resultados electorales y, en ese momento, estábamos dispuestos a dar la pelea de la forma que fuera, la vía de las reformas político-electorales fue la mejor estrategia para construir una sociedad más libre e igualitaria y transitar hacia un régimen democrático de forma pacífica.

Tal vez, si se hubiera consultado a mano alzada, en esa multitudinaria manifestación del zócalo, a finales de agosto de 1988, si íbamos a permitir que Salinas de Gortari se sentará en la silla presidencial o íbamos a luchar para impedirlo, hubiera ganado lo segundo. Y si alguien lo duda, vea lo que está sucediendo en Brasil. Afortunadamente, la lucha política continuó en los espacios legislativos y en la construcción de una nueva estructura formal para transitar hacia la democracia, así nació el árbitro garante de la legitimidad: el IFE.

En ese contexto, aunque algunos de los representantes políticos que hoy expresan sus ideas no conozcan la historia del origen del INE y de ese tránsito hacia la democracia, posiblemente gozan de tener esa representación a partir de la lucha de millones de personas. Lo único que demuestran cuando se desgarran las vestiduras en contra del INE, queriendo ser obsequiosos con el Presidente de la República, es eso, su desconocimiento de la historia política y de la construcción de la democracia mexicana.

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