Gobierno de coalición, incentivo de unidad

Dice un dicho popular que “en política nada está escrito”. Así quedó demostrado en las elecciones de 2021 en la Ciudad de México, en donde Morena perdió más de la mitad de las alcaldías después de su rotundo éxito en 2018. Hay que reconocer que, desde el año 2000 en que inició la alternancia del poder presidencial, el voto de los ciudadanos es más volátil, cualquier hecho puede afectar el estado anímico el día de la elección y revertir las tendencias. En este caso fue el colapso de la Línea 12, pocos días antes de la jornada electoral, lo que influyó mayoritariamente en la indignación de los votantes.

De esta forma, a pesar de la ventaja electoral que tiene en este momento la candidata Delfina Gómez (diversas encuestas marcan diferencias de dos dígitos), la candidata Alejandra del Moral podría dar la sorpresa en el Estado de México, toda vez que, se logró  concretar una coalición electoral opositora entre el PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza. Recordemos que, en el caso de la Ciudad de México, fue determinante que hubiera candidatos y candidatas  de la alianza electoral opositora que lograron capitalizar el voto.

Cabe mencionar que, además de la voluntad de unidad de los partidos opositores, en la elección del Estado de México existen otros factores que pueden favorecer el éxito de su candidata. Por ejemplo, a diferencia del ámbito federal, en el Estado de México, la figura de Gobierno de Coalición no sólo se encuentra establecida en la Constitución como una opción del gobernador o gobernadora electa, sino que, desde septiembre de 2022, se publicó la Ley de Gobierno de Coalición, Reglamentaria de los Artículos 61 Fracción LI Y 77 Fracción XLVIII de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de México. La ley es un conjunto de reglas que establecen cómo aterrizar acuerdos para construir un gobierno de unidad después de la elección,  pero también, es un poderoso incentivo político para lograr la unidad alrededor de la candidatura, en este caso, con Alejandra del Moral.

Por otra parte, existe la posibilidad de optar por la candidatura común (que es lo que le conviene al PRD y Nueva Alianza) o por la coalición electoral, que es lo que optaron los líderes de los cuatro partidos que impulsan esta candidatura. En cualquiera de los dos casos, se suscribe un acuerdo específico que se registra ante el órgano electoral. En ese contexto, los participantes tienen la certeza de que, si ganan la elección, serán participes de los espacios de poder público y no sólo serán utilizados para el periodo electoral.

Otro factor fundamental para el posible éxito es el que representa la sociedad civil. Un grupo importante de organizaciones civiles han manifestado su voluntad de participar en este proceso electoral, por ejemplo, las que conforman el bloque UNIDOS: Frente Cívico Nacional, Sí por México, Sociedad Civil México, Unidos por México, UNE México y Poder Ciudadano. La aportación de estos grupos puede ser fundamental para lograr construir una buena oferta de agenda de gobierno y, sobre todo, generar un ambiente de confianza ciudadana que los partidos, quizás, no tienen.

Por supuesto que el reto para ganar esta elección por parte de la candidata del PRI es enorme. En primer lugar, el Estado de México es la entidad más poblada de la República (16,992,410 millones de personas), y por su alta concentración poblacional, enfrenta problemas significativos que, seguramente, impactarán en el ánimo de los ciudadanos, por ejemplo, con datos del Coneval, entre 2018 y 2020, la pobreza creció de 41.8% a 48.9% (7,036.3 a 8,342.5 personas) y la pobreza extrema pasó de 4.7% a 8.2% (783.6 a 1,4019 personas). Tampoco en seguridad pública hay buenas noticias, aunque justo es decir que varios Municipios los gobierna Morena. Finalmente, tampoco olvidemos que en aquellos estados de la República en donde no ha habido alternancia de gobierno, la tendencia de cambio se impone; no obstante, tal y como lo expresé al inició: todo puede suceder.