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Construyendo puentes en la Cuarta Transformación

Ricardo Peralta Saucedo

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

No hay que acostumbrarse a ser reactivos. Además de ser predecibles, se carece de toda visión a futuro.

A Isaac Newton se le adjudica la siguiente frase: “Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes”.

Newton la pronunció precisamente frente a la pésima costumbre de algunos que no dudan en evitar el desarrollo y dinamismo del quehacer humano, que prefieren poner diques, obstruir y denostar antes que analizar el “cómo sí” de las cosas, los carentes, los disgregados, los acomplejados, los que les ciega el ego y el apego.

Un hombre de ciencia, un físico extraordinario que determinó a través de la probanza —entre otras leyes físicas, Leyes de Newton– la Ley de la Inercia. La misma postula que “un cuerpo no puede cambiar por sí solo su estado inicial, ya sea en reposo o en movimiento rectilíneo uniforme, a menos que se aplique una fuerza o una serie de fuerzas cuya resultante no es nula”.

Dicho lo anterior, esta ley tiene aplicación también para la conducta humana y para la acción en las instituciones públicas y privadas. La única forma de hacer las cosas funcionar, que se muevan, es a través de la fuerza motora que se ejerce en ellas. No es inercial, todo tiene que ser ejercido con planeación, con análisis profundo; pero breve, para que el resultado sea exitoso.

Por ello, en esta Cuarta Transformación sí buscamos tender puentes, hacemos alianzas estratégicas, nos coordinamos y democratizamos las decisiones, operamos para que la solución a los enormes retos se dé aun en contracorriente, con los detractores, los que quieren que las cosas sigan igual o peor.

Las estrategias nacionales van encaminadas a pagar las enormes deudas sociales, las históricas, las causadas por la separación que hubo con la sociedad gobernada por personas ajenas a la sensibilidad y la inteligencia.

El optimismo y la energía con la que iniciaron las anteriores transformaciones son universales, han pasado en otros países donde la reconstrucción de sus instituciones y del país tardaron años, siguen avanzando y son dignas de sus trabajadores y los usuarios.

Estamos acercándonos a nuestros vecinos del norte para proponer soluciones conjuntas, mantener una extraordinaria vecindad de manera colectiva. Tenemos retos comunes, las soluciones son continentales e internacionales. Agradezco su apertura y la guía de nuestros dignos representantes de la diplomacia mexicana en Estados Unidos.

En esta Cuarta Transformación se rompen paradigmas y protocolos del pasado. Vamos por los resultados. A resolver lo que dejó el desaseo, la omisión y el desinterés de las administraciones pasadas, tan apátridas, inmorales y sin ningún interés por México.

Cierro esta reflexión con el gran Newton, que sentenció: “La verdad siempre se halla en la simplicidad y no en la multiplicidad y confusión de las cosas”.

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