Matamoros y los republicanos

Lo sucedido recientemente en Matamoros me parece que le ha servido muchísimo al Partido Republicano para continuar incrementando su discurso propagandístico acerca de la inseguridad en su frontera sur con México. El caso de utilizar políticamente a los estadunidenses ...

Lo sucedido recientemente en Matamoros me parece que le ha servido muchísimo al Partido Republicano para continuar incrementando su discurso propagandístico acerca de la inseguridad en su frontera sur con México.

El caso de utilizar políticamente a los estadunidenses secuestrados en tierras mexicanas y muy cerca de la frontera con Brownsville es bastante lamentable, pero si también uno trata de comprender lo sucedido, no hay forma de justificar lo que se lleva a cabo en México con el tema del narcotráfico o la basta inseguridad que no se combate como debería.

Recordemos que los republicanos tienen mayoría en la Cámara de Representantes, partiendo a la mitad el poder del Congreso de Estados Unidos y dictando cómo será la agenda política desde el Poder Legislativo. Al igual, tienen como presidente de la Cámara de Representantes al legislador Kevin McCarthy. En pocas palabras, el bloque conservador no sólo tiene un gran poder en estos momentos dentro de la política interna estadunidense, sino que también se encuentra en plena campaña política para lo que se pueda venir en 2024 con las elecciones presidenciales y aviva más al votante conservador para que otorgue su apoyo al GOP. Vamos, es la misma estrategia conservadora populista al estilo Trump, pero con menor volumen. La Casa Blanca, por su parte, pareciera que le deja un gran protagonismo a los republicanos sobre lo sucedido recientemente en Matamoros, casi como si los republicanos fueran parte de la administración bidenista.

El lado republicano saca raja política con astucia, pues lo que vemos en la frontera entre México y Estados Unidos, pero específicamente en el lado mexicano, es algo que no se ha venido combatiendo desde años, pero mucho más con la administración actual del gobierno de México, especialmente con las estrategias que no quedan claras y que no han llevado a la disminución de la inseguridad, drogas y violencia que afectan directamente al vecino norteamericano.

Ciertamente, desde el lado republicano se presiona de forma estratégica a México para hacerlo entender sobre lo que sucede, pero también aviva, se entromete, interviene y confronta al gobierno del presidente López Obrador en cuestiones que más que llevar a un beneficio o a un punto de entendimiento, se busca no llegar a nada. Si usted se da cuenta, esto sólo sirve para agrandar más el discurso propagandístico de ambas partes, de hacer que florezca el populismo que ya conocemos de ambas partes, pero también que lleguemos a que la Casa Blanca no siga el patrón de lo que pide el Partido Republicano. Insisto, no se llega nada.

Siguiendo con el tema, el secretario de Gobernación de México, Adán Augusto López, declaraba recientemente que con lo sucedido en Matamoros no se fracturaban las relaciones entre ambos países. Claro que no se fracturan, pero sí existe ya un antecedente de meses en donde, junto con las prerrogativas del T-MEC, las expresiones del mandatario mexicano y cuestiones innecesarias que han alimentado las discusiones entre ambos gobiernos, se está llegando a un punto donde México será quien más sufrirá si sigue de “gallito”. El presidente López Obrador necesita defender a México, pero con un poco más de inteligencia, especialmente ante hechos de los que él se queja de su vecino, pero que él hace también con otros países.

Matamoros es la mecha de la raja política, del intervencionismo y la realidad de la inseguridad. Matamoros puede ser utilizado a favor o en contra, depende de cómo se necesite.

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