Los pronósticos fallaron en Brasil

La ideología ultraderechista y conservadora en distintas partes de ese país continúa siendo fuerte. Semanas antes de que se llevara a cabo la primera vuelta electoral presidencial en la República Federativa de Brasil, diversas casas encuestadoras pronosticaban una ...

La ideología ultraderechista y conservadora en distintas partes de ese país continúa siendo fuerte.

Semanas antes de que se llevara a cabo la primera vuelta electoral presidencial en la República Federativa de Brasil, diversas casas encuestadoras pronosticaban una apabullante victoria para el candidato de izquierda y líder del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula da Silva. Los números no bajaban de los 10, 15 o 20 puntos porcentuales de diferencia en la primera vuelta, dando como ganador en prácticamente casi todas las encuestas al candidato originario de Caetés, Pernambuco. Si acaso, uno o dos pronósticos daban un resultado más prometedor para el actual presidente Jair Bolsonaro.

La prensa no dejaba de pronosticar que el escenario del domingo 2 de octubre sería el de un Lula resultando como el parcial ganador de la primera vuelta con más de 50% de los votos necesarios y convirtiéndose oficialmente en el próximo presidente de la nación brasileña. Es más, en México, varios fanáticos de “izquierda” daban por seguro que Brasil se inclinaría a la izquierda progresista y que Lula da Silva arrasaría ante un Bolsonaro desolado por sus errores.

El domingo terminó con una sorpresa para todos, pues los resultados no reflejaban lo que tanto se llegó a pronosticar desde semanas antes.

Según reportes de casas encuestadoras brasileñas, muchos de los ciudadanos que votaron por Bolsonaro escondieron su tentativa de voto o decidieron no mostrar su apoyo en público o en los números de los ejercicios encuestadores.

Si bien, el líder del Partido de los Trabajadores resultó ganador con 48% y faltándole sólo 1.85 millones de votos para pasar del 50% necesario, el actual resultado demuestra que la ideología ultraderechista y conservadora en distintas partes de Brasil continúa siendo fuerte. El bolsonarismo mostró su punch y redobló sus esfuerzos para levantar alertas en lo que será la segunda vuelta decisiva para elegir al próximo presidente que gobierne desde el Palacio de Planalto. Cinco puntos porcentuales no son absolutamente nada en un electorado de 153 millones de personas, el cual continuará escondiendo su voto y cambiando de opinión en los días previos a la segunda vuelta.

Otro de los reveses en los pronósticos dentro de la primera vuelta y el cual será completamente importante para el candidato que resulte vencedor el próximo 30 de octubre, tiene que ver con el resultado de la votación para elegir a los representantes del Congreso de Brasil.

El partido del presidente Bolsonaro se llevó la mayoría en las dos cámaras que integran el Congreso nacional. Por ende, si Lula sale victorioso, tendrá que negociar con la derecha bolsonarista en toda ley o proyecto que se requiera pasar. Si Bolsonaro se reelige, entonces tendrá un camino más fácil para continuar con la construcción de un Estado totalmente conservador y volcado a la extrema derecha.

Para la segunda vuelta, 10 millones de votos extras están en juego, esto por los otros dos políticos que no pasaron a la última fase. Ambos políticos ya dieron su apoyo a Lula, pero la incógnita recae en saber si esos 10 millones de votos serán parcialmente para Lula o Bolsonaro. Al igual, queda la incógnita con los 38 millones de votos anulados en la primera vuelta.

Aunque las encuestas siguen dando preferencia a Lula da Silva, nada está escrito. La clave será ganar el estado más importante electoralmente hablando: Minas Gerais.

Asimismo, persuadir al votante de Sao Paulo y Río de Janeiro.

No creo que le alcance a Bolsonaro para reelegirse, pero los pronósticos actuales no nos aseguran nada.

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