La visita de Pelosi a Taiwán

• China fue desafiada y alterada por un viaje que duró menos de 24 horas

Inicialmente, la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos a Taiwán estaba planificada para el mes de abril, pero debido a un contagio de covid que sufrió la congresista por California días antes de su visita, se tuvo que posponer para los meses entrantes, ya fuera en julio o casi pisando otoño. Desde un principio, la administración del presidente Biden se mostró en contra del plan que tenía Pelosi de visitar la isla taiwanesa, ya sea con una gira disfrazada a distintos países de Asia o sólo visitando su objetivo principal. Se sabe que funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional y del Departamento de Estado realizaron diversas visitas a la congresista originara de Baltimore para hacerle saber los riesgos geopolíticos que su deseada visita generaría para EU y la región asiática. Ante la negativa de escuchar a la administración bidenista y frenar su viaje, funcionarios de la Casa Blanca no tuvieron de otra más que tejer canales especiales de comunicación entre Washington y Pekín, los cuales incluyeron visitas a la embajada de la República Popular de China en la capital estadunidense para suavizar la ya esperada gira de Pelosi por Asia y su viaje a la isla, que es una prioridad magnánima para la administración de Xi Jinping.

Aunque se sabe que, en sí, la administración de Biden siempre se mostró en contra, la misma Casa Blanca se ha negado a hablar sobre si particularmente el mismo presidente estuvo de acuerdo o no en lo que planeaba Pelosi con la visita a Taipéi. Y, entre que sí se apoyaba y no su visita, horas antes del viaje, a la Casa Blanca no le quedó de otra más que hacerle saber a Pekín las consecuencias que podría traer un paso en falso o un desaire militar al sur del mar de China, en el Estrecho de Taiwán o en la misma isla. El portavoz del Departamento de Defensa, John Kirby, dejó saber públicamente a la administración de Xi que EU estaba preparado para cualquier respuesta de China ante la inminente visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos a suelo taiwanés.

Por otra parte, si bien la visita a Taipéi duró menos de 24 horas y fue más el escándalo o furor del viaje, las verdaderas consecuencias se verán en los días entrantes o en las semanas que vienen. China ya se encuentra realizando ejercicios militares en Fuzhou, Xiamen, en pequeñas islas cercanas a Taiwán y a diez millas a la redonda de la isla. Misiles balísticos ya fueron disparados desde buques militares ayer, con lo cual, los sistemas antimisiles vendidos por EU se encuentran en máxima alerta. El escenario nos recuerda mucho a lo sucedido en el 95 y 96.

Es de dudar que China se atreva a iniciar una invasión en estos momentos. Aunque el escenario es parecido al de Ucrania, no creo que China vaya más allá de unos ejercicios militares show off o dé una probadita de su potencial militar a todo el mundo. Las ambiciones de Xi y el “sueño chino” en Taiwán serán más difíciles que los situados en Hong Kong o en la región de XinJiang, especialmente por el arropamiento estadunidense en la isla.

Veinticinco años tuvieron que pasar para una visita estadunidense de alto rango a Taiwán y 30 desde que Pelosi se atrevió a manifestarse en la Plaza de Tiananmén. La visita de hoy, es un hecho, no trae beneficio alguno para Estados Unidos, Taiwán o Pelosi misma. China ha sido desafiada y alterada. Una visita que duró menos de 24 horas desafía a la autoridad y palabra de Xi. Muy pocos se han atrevido.

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