La visita de Kim Jong-un a Rusia

Desde la semana pasada se rumoraba bastante sobre una posible visita del dictador norcoreano, Kim Jongun, a territorio ruso. Su posible viaje generaba interés para muchos e incógnitas para otros, pues era prácticamente su primera gira al extranjero en cuatro años de no ...

Desde la semana pasada se rumoraba bastante sobre una posible visita del dictador norcoreano, Kim Jong-un, a territorio ruso. Su posible viaje generaba interés para muchos e incógnitas para otros, pues era prácticamente su primera gira al extranjero en cuatro años de no abandonar suelo norcoreano.  La última visita de Kim Jong-un a Rusia se llevó a cabo en abril de 2019, cuando visitó Vladivostok para reunirse con el presidente ruso. La pandemia de covid-19 hizo que se cerraran las fronteras de Corea del Norte al mundo.

Los rumores hablaban de un encuentro con el presidente Vladimir Putin en alguna parte del Extremo Oriente ruso en Vladivostok, o en algún sitio cercano a la Región de Amur o el Krai de Primorie, donde están establecidos complejos aeronáuticos y cosmonáuticos.

La visita de Kim no es sólo una cortesía o un gesto de regresar el favor del viaje que el canciller ruso, Serguéi

Lavrov, realizó en julio de este año a la capital norcoreana Pyongyang, sino todo tenía que ver más bien con el interés que Rusia pudiera tener en adquirir municiones, misiles o sistemas de defensa de la época soviética que ayuden al país invasor en Ucrania.

Por su parte, se rumora que Corea del Norte tiene interés en los programas aeronáuticos militares y cosmonáuticos de Rusia, como también en el modelo que la flota naval rusa utiliza en sus bases del océano Pacífico y en recibir apoyo económico ante una grave crisis alimentaria y económica que Corea del Norte no puede estabilizar.

La visita tiene el fin de generar ruido y que se haga alarde por los posibles resultados en materia de seguridad internacional si Corea del Norte aceptaba cooperar con Rusia y venderle armamento para continuar con sus planes dentro y fuera de Ucrania. También, la visita de Kim levanta las alertas en la ONU debido las sanciones con las que Corea del Norte cuenta y cómo Rusia podría violar estatutos oficiales al ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y al ser un miembro de la misma organización.

Ante los rumores, el domingo pasado se confirmó que el “amigo” Kim (así lo llaman algunos de los periódicos rusos) había salido de Pyongyang en su tradicional tren blindado rumbo a Jasán, Rusia, para poder cruzar la pequeña frontera entre Corea del Norte y Rusia, y así, continuar el camino que lo llevaría al cosmódromo Vostochny donde se reuniría con Putin.

Dicho y hecho, el martes Kim arribó a territorio ruso con una comitiva de generales, funcionarios, familia y su hermana Kim Yo-jong. Después de un recibimiento en la estación de trenes en Primorie, Rusia, Kim se dirigió directo al cosmódromo en Amur para reunirse con Putin.

El encuentro con Putin se llevó a cabo por varias horas con un extenso tour por el cosmódromo y una reunión privada. Prácticamente, los temas son los que toqué en líneas anteriores, pero añadiendo también el tema de la cooperación espacial entre ambos países.

Después de Amur, el líder norcoreano continúa su visita por Komsomolsk del Amur, donde se fabrican cazas militares de combate, y culmina el fin de semana en Vladivostok, visitando los complejos de la flota naval y militares de Rusia.

Se prevé que el canciller ruso visite de nueva cuenta Pyonyang en octubre, esto ante la reciente invitación de Kim a su amigo Putin que podría no ser atendida por el mandatario ruso.

Parece irreal que Rusia necesite a Corea del Norte militarmente hablando, especialmente cuando Rusia va “ganando” en Ucrania.

En fin, sigamos diciendo que “todo va acorde al plan”, ¿verdad?

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