La muerte cruzada

El banquero originario de Guayaquil y presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, sabía que tenía sus horas contadas ante la última fase del juicio político por malversación de fondos políticos y delito de peculado que se llevaba a cabo en la Asamblea Nacional de Ecuador. ...

El banquero originario de Guayaquil y presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, sabía que tenía sus horas contadas ante la última fase del juicio político por malversación de fondos políticos y delito de peculado que se llevaba a cabo en la Asamblea Nacional de Ecuador. El martes se discutían los últimos detalles para llamar a Lasso a declarar ante la gran mayoría correísta que se afilaba los dientes para ver destituido al hombre que comenzó su presidencia el 24 de mayo 2021.

El hombre de 67 años y quien buscó la presidencia en tres ocasiones tenía que caer.

La oposición sabía que tenía los 92 votos necesarios en esta ocasión para destituir a Lasso definitivamente, pues ya en una anterior se le trató de aplicar una moción de censura al actual jefe de Estado sudamericano. En la primera, la cual se llevó a cabo en junio de 2022, fracasó por apenas cuatro votos.

Desde que comenzó su mandato, Lasso no ha tenido tregua alguna con los opositores, grupos indígenas y con una gran parte de la Asamblea Nacional que han buscado cosas por aquí y por allá, para destituirlo o llevarlo a un precipicio sin dejarle muchas opciones hasta 2025 que naturalmente era cuando terminaría su administración.

Ante esto, por dos años ha tratado de amenazar en cuatro ocasiones con aplicar una medida constitucional que se llama muerte cruzada. El nombre suena extraño para un término jurídico, pero es meramente un instrumento político que, aunque es suicida, también es el factor clave para terminar con una crisis política originada por la Asamblea Nacional o por un fracaso presidencial irremediable.

En pocas palabras, Lasso trató en diversas ocasiones dar un golpe de Estado y disolver la Asamblea Constituyente. Un golpe de Estado meramente legal que puede ser utilizado en una sola ocasión durante los primeros tres años de una administración presidencial y que está fundamentado en el artículo 148 de la Constitución de la República de Ecuador (creado por Rafael Correa).

La parte de muerte cruzada es más que nada la eliminación del Ejecutivo federal junto con el Legislativo. Se da un golpe de Estado pero el presidente se suicida políticamente sin poder terminar su mandato total. Ante esto, el presidente podrá gobernar seis meses más a decretazos, pero bajo la inspección de la Corte Nacional de Justicia.

¿No le recuerda un poco a Perú? ¿Fujimori o Castillo? La diferencia es que en Perú no se va el presidente, sólo el Congreso.

Al llevarse a cabo este instrumento constitucional, las autoridades electorales tienen que llamar a elecciones parlamentarias y presidenciales en los próximos siete días para fijar una fecha próxima. El presidente que se autoelimina puede participar si lo desea, y si no, el mandatario que quede electo estará en el poder hasta que se concluya el periodo constitucional que no terminó el que se autoeliminó.

Guillermo Lasso decidió este miércoles utilizar una muerte cruzada ante una moción de censura que terminaría con su presidencia y que sería la primer destitución presidencial desde que se cambió la constitución en 2008 durante la presidencia de Rafael Correa.

El banquero creyó que su país se podía administrar como un banco o hacer las cosas como un CEO de una empresa privada, pero las cuentas y los números le salieron al revés.

Por la información que tengo y por su bastante baja popularidad, creo que Lasso no buscaría terminar su mandato hasta 2025.

Ecuador tiene su muerte política, la cual es un golpe de Estado que cura los males, pero no de fondo.

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