Invadir Gaza
Los constantes bombardeos a Gaza fueron la perfecta iniciativa para que Israel decidiera invadir formalmente y de manera terrestre el territorio de la Franja de Gaza. Tarde o temprano veríamos escenas de soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel irrumpiendo en tierra ...
Los constantes bombardeos a Gaza fueron la perfecta iniciativa para que Israel decidiera invadir formalmente y de manera terrestre el territorio de la Franja de Gaza. Tarde o temprano veríamos escenas de soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel irrumpiendo en tierra palestina y combatiendo cuerpo a cuerpo con civiles, miembros de Hamás o con quien se pusiera enfrente. La venganza no era un secreto a voces ni la necesidad político-nacionalista de ver derramar sangre en Gaza y apreciar la muerte de culpables o no culpables ante el ataque que provocó Hamás en el sur de Israel hace ya algunas semanas atrás.
La invasión se retrasó por distintos motivos, algunos fueron de índole diplomática, política o humanista, pero la decisión ya estaba tomada por las bases gubernamentales y militares que están lideradas por el primer ministro Benjamin Bibi Netanyahu. El pueblo de la Tierra Santa pedía a gritos sangre, venganza, dolor y una respuesta que no se olvidara. Las consecuencias políticas no importan y los atropellos de Netanyahu en los temas internos se discutirán para cuando termine la guerra en Gaza. Formar o no un nuevo gobierno, derrocar a Netanyahu políticamente o pensar en otra cosa que no sea la aniquilación de Hamás y la defensa de Israel, creo que queda en tercer o cuarto término durante estos momentos para la sociedad israelí y el gobierno del Estado de Israel. Se necesita la unidad nacional para entrar a una guerra y realizar una invasión histórica que podría no sólo cambiar por muchos años el futuro de esa región, sino también expandir la guerra a otras regiones de Medio Oriente o ver a países, grupos de países o proxies añadirse directamente o indirectamente a la guerra de manera política, militar directa/indirecta o diplomática.
Sobre esto último, creo que era cuestión de tiempo para que algún país se decidiera a romper relaciones diplomáticas con Israel, a realizar una condena mediante un mensaje político duro, mandar una nota diplomática de protesta o llamar a consultas al embajador o a la embajadora del país inconforme que se encuentra en Israel. Asimismo, este conflicto ya acarrea consecuencias para Israel y su cuerpo diplomático en países que protestan contra la invasión en Gaza y la sangre que se derrama día con día. Ya lo vimos hace unas semanas cuando todo el staff diplomático israelí decidió abandonar suelo turco debido al papel que toma Turquía y el gobierno de Recep Tayyip Erdogan en torno a la guerra en Gaza.
Internacionalmente, el Estado de Israel, el israelí y el judío, podrían empezar a sufrir el odio y el acoso de naciones que apoyan a Palestina, a Gaza, que son en su mayoría predominantes de la religión islamista o pertenecen al mundo árabe.
Un claro ejemplo fue lo sucedido el fin de semana pasado en el Aeropuerto de Majachkalá-Uytash, Daguestán, donde un número de locales fueron a esperar un vuelo proveniente de Tel Aviv para buscar judíos e israelíes, y atacarlos en masa para hacerlos pagar por lo que se realiza en Gaza.
Aunque parezca aislado, ya hay diversos reportes de conductas antisemitas en países y en sociedades que protestan en contra de la guerra.
La invasión a Gaza no va a detenerse y no habrá un cese al fuego. Por ende, Israel deberá pensar y comprender cuáles serán las consecuencias a corto o largo plazo en la región y en las regiones aledañas.
El escenario no es sencillo y la decisión histórica que Israel toma es sólo el principio, después de controlar Gaza en las próximas semanas.
Así lo veo.
