India y su G20

Nueva Delhi se ha estado preparando arduamente para acoger a una treintena de jefes de Estado, cancilleres, representantes de distintos organismos internacionales, delegaciones y al mismísimo secretario general de la ONU, ante un G20 que está plagado de disputas, ...

Nueva Delhi se ha estado preparando arduamente para acoger a una treintena de jefes de Estado, cancilleres, representantes de distintos organismos internacionales, delegaciones y al mismísimo secretario general de la ONU, ante un G20 que está plagado de disputas, problemas internacionales, una guerra, problemas territoriales, rivalidades políticas, problemas climáticos, problemas económicos-comerciales, etcétera.

Desde que a la India se le entregó la presidencia del G20, el primer ministro Narendra Modi se puso las pilas para preparar un foro que no sólo le importa en lo internacional o en su política exterior, sino también en su política interna ante unas próximas elecciones generales que están a siete meses de llevarse a cabo para buscar una tercera reelección que pondría a Modi como un gran líder político nacionalista que ha sabido llevar a su país a la cúspide internacional aún con sus problemas de pobreza y desarrollo social.

Se abrió la chequera y no se escatimaron gastos para dar una imagen de desarrollo y actualidad a una capital que tiene sus contrastes muy visibles en sus muy marcadas clases sociales. Modi mandó a construir un centro de convenciones especial para acoger un G20 que contará con la crema y nata de la política mundial.

Juego de luces, seguridad extrema, un centro totalmente blindado para los días 9 y 10 de septiembre en donde no estará abierta la vialidad o no habrá paso para extraños. A las colonias pobres se les puso mantas verdes especiales con pancartas y figuras del primer ministro Modi para tapar la realidad. Algo que contrasta con el eslogan oficial del G20 de India.

La ciudad capital de Nueva Delhi está llena de propaganda gubernamental con la constante figura del mandatario indio y totalmente blindada para el fin de semana.

En pocas palabras, es la oportunidad que tiene Modi para mostrar su poder “Sur Global” o internacional, como también demostrar lo que es capaz de hacer un país que se independizó en 1947 y que ha acogido diversas cumbres o foros internacionales importantes en 2015 o 1983.

El país asiático acoge un G20 con el reciente logro de haber posicionado su nave Chandrayaan -3 muy cerca del polo sur de la Luna con un costo totalmente menor al de la misión rusa Luna-25, que no pudo ni siquiera aterrizar en el mismísimo satélite natural.

Al igual, el país de los ríos sagrados Ganges y Yamuna acoge un G20 al tomar la decisión de cambiar su nombre oficial de India por Bharat. La decisión tan repentina tiene que ver con el nacionalismo y liderazgo de Modi al buscar que su país suelte un pasado de colonialismo británico o esclavitud, para pasar a recuperar el pasado hindú de la nación asiática.

En las invitaciones oficiales del G20 ya se utiliza el nombre de Bharat, y no el de India. Se tiene previsto que a partir del 18 de septiembre cambie el nombre oficialmente.

Por otra parte, y mientras todo se prepara en Nueva

Delhi, sabemos que Xi Jinping y Vladimir Putin no acudirán a la capital del país organizador. Algo que reduce la seriedad del evento o la importancia para buscar grandes consensos con las declaraciones finales que se podrían dar para el domingo de clausura.

Joe Biden no podrá reunirse con Jinping, lo cual le decepciona.

China e India se encuentran en disputas territoriales y Rusia condiciona cualquier declaración conjunta sobre la guerra en Ucrania.

Es una gran oportunidad para la India albergar un G20, pero lamentablemente creo todo se verá opacado debido a las disputas políticas y la guerra en Ucrania.

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