El quilombo de Cristina

Me parece que el punto de inflexión más importante dentro del gobierno albertista viene desde la derrota que sufrió el oficialismo y la coalición Frente de Todos en las elecciones intermedias del año 2021. La palabra “quilombo” es utilizada de manera informal en ...

-Me parece que el punto de inflexión más importante dentro del gobierno albertista viene desde la derrota que sufrió el oficialismo y la coalición Frente de Todos en las elecciones intermedias del año 2021.

La palabra “quilombo” es utilizada de manera informal en el lenguaje cotidiano argentino como sinónimo de lío, barullo, desorden, problema, o cualquier ocasión-resolución conflictiva. Al analizar esta palabra tan coloquial y la forma en que se usa, me acordé mucho de lo que es Argentina en estos momentos: un quilombo.

Me parece que el punto de inflexión más importante dentro del gobierno albertista viene desde la derrota que sufrió el oficialismo y la coalición “Frente de Todos” en las elecciones intermedias del año 2021, pero donde comienza realmente una racha catastrófica dentro del gobierno del presidente Alberto Fernández y que lleva a todo lo que vemos en estos momentos, siento que es con la salida de Martín Guzmán, quien fuera el ministro de Economía y uno de los más cercanos al presidente Alberto. Su salida a principios de julio marca la decadencia no sólo de una economía nacional en picada, sino también el fracaso del establishment kirchnerista y la demostración de que en Argentina no manda el presidente, sino la vicepresidenta.

El quilombo tiene como apellido Fernández y se compone con de Kirchner. El presidente Alberto es y ha sido sólo un títere impuesto por Cristina para poder ser tapadera de los casos de corrupción que se tejieron desde que el movimiento kirchnerista comenzó como tal en la región de Santa Cruz y durante la presidencia de Néstor Kirchner.

Cristina Fernández ha sabido evadir la justicia argentina por años.

Recientemente, junto con los problemas que acechan al país y la mala racha que lleva el gobierno, se ha acelerado una investigación judicial sobre irregularidades en adjudicaciones de obra pública entre 2003 y 2015, como también otras 10 causas que se acumulan con la más reciente donde fiscales piden al menos 12 años de cárcel e inhabilitación perpetua a cargos públicos para la vicepresidenta de la nación.

Cristina al verse acorralada y siendo exhibida como una corrupta, decidió echar a andar toda la maquinaria del Estado para intimidar a la Fiscalía y al Poder Judicial de Argentina. En cánticos estilo barra brava, suena la frase “Si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar”. Las manifestaciones, protestas y todos los acarreados del actual peronismo han tenido que apoyar a su corrupta.

Días después de que pide la Fiscalía 12 años de cárcel para la vicepresidenta, sucede un atentado contra su vida afuera de su departamento en el barrio de La Recoleta. Días anteriores hubo mítines y protestas masivas afuera de su domicilio, pero nada pasó. El atentando contra su vida llega exactamente cuando Argentina vive una crisis político-económica terrible y cuando se intenta hacer justicia contra la corrupción que ella misma solapó junto con su marido.

El posible asesinato contra la vicepresidenta deja incógnitas y preguntas al aire. Empiezan a surgir cosas que no cuadran. Especialmente, por el caso de la pistola cargada, el celular formateado y la forma en que Cristina nunca se entera bien de lo sucedido afuera de su departamento.

El gobierno albertista reaccionó de manera tan rápida que no sólo condenó los hechos, sino también decretó día feriado para el siguiente día. ¿Qué pasó? Más mítines en apoyo a Cristina, pero en esta ocasión culpando a la derecha y a la prensa.

Hasta pareciera todo armado y calculado.

De cualquiera manera, el quilombo de Cristina será uno de los factores que lleve al declive total del gobierno, de su movimiento y de una Argentina en decadencia.

El quilombo ya no se para.

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