El pronóstico que salió peor en Chile
Desde los pronósticos que se daban previo al pasado domingo se tenía muy fijado que el oficialismo chileno y la coalición que llegó al poder junto con el joven presidente Gabriel Boric tendrían una derrota importante en la elección para elegir al nuevo Consejo ...
Desde los pronósticos que se daban previo al pasado domingo se tenía muy fijado que el oficialismo chileno y la coalición que llegó al poder junto con el joven presidente Gabriel Boric tendrían una derrota importante en la elección para elegir al nuevo Consejo Constitucional de Chile, grupo de 51 consejeros que se encargará de crear o construir la nueva carta magna que sustituirá a la pinochetista de 1980.
El presidente Boric no hizo una gran campaña y tampoco el gobierno de La Moneda se dedicó a difundir de manera importante lo que sería la votación del domingo pasado, como tampoco se invitaba de manera constante al elector a participar en este ejercicio tan importante en la historia política chilena. En los medios, en cambio, se debatía y especulaba mucho, esto porque después del fracaso en el plebiscito de diciembre pasado no se sabía cómo reaccionaría la misma ciudadanía que decidió rechazar el proyecto que presentaba una izquierda chilena que nunca se logró poner de acuerdo entre sí, pero que buscaba imponer su ideología casi total en la cancelada constitución nacional.
Se llegó el domingo 7 de mayo y el padrón electoral de más de 15 millones de personas tenía que participar de manera obligatoria en esa elección, porque, de lo contrario, se impondría una multa que iba de los 686 a 4 mil 188 pesos mexicanos. Para muchos fue complicado votar por la lejanía de sus casillas electorales y tuvieron que acudir a comisarías locales de Carabineros de Chile para presentar argumentos de su imposibilidad de no sufragar en el ejercicio electoral. Al final, no votaron sólo 546 mil personas de las más de 12 millones 485 mil que sí lo hicieron en todo el país. Las imágenes del domingo estaban llenas de participación ciudadana. El mismo presidente Boric acudió en su ciudad natal de Punta Arenas a votar. Se veía sonriente y amable ante la prensa, pero sabía que las cosas no saldrían bien. En momentos chuscos de ese día, se publicó un video de uno o dos días atrás del mandatario estando atorado en un juego de tobogán de un parque local de la zona. Más o menos, el video reflejaba la realidad de su gobierno.
Los resultados llegaron en la noche y se esperaba lo peor: 22 escaños que se hicieron 23 el día lunes para el joven Partido Republicano del ultraconservador y excandidato presidencial Antonio Kast, 11 escaños para la derecha de Chile Vamos y 16 para la coalición del oficialismo.
Los pronósticos aseguraban que al oficialismo le iría mal, pero nadie en Chile llegó a imaginar que el partido de José Antonio Kast, el cual se opuso a una nueva constitución desde un principio, llegaría a tener casi la mitad del Consejo Constitucional.
El torbellino republicano llegó para quedarse y dar problemas al gobierno izquierdista que le quedan poco más de dos años de mandato.
Con el resultado actual de 16 escaños, a la coalición de izquierda no le alcanza para usar el poder de veto en caso de que se necesitara. Se requerían 21 escaños.
La sociedad chilena habló e hizo hacer su sentir. Está disgustada con los partidos políticos tradicionales y con el presidente Gabriel Boric. Es un voto de castigo.
Ahora, queda saber si la extrema derecha usará responsablemente su mayoría en el Consejo o cometerá el mismo error de la avorazada izquierda chilena. El plebiscito de diciembre es lo de menos por el momento.
El resultado del domingo es importante para lo que viene en Chile, aunque en La Moneda se trate de minimizar.
Fue un fracaso, un fracaso más para Boric.
