El mercenario que desafió al Kremlin

Aproximadamente en abril, antes de que Bajmut cayera por completo en manos del Ministerio de Defensa de Rusia y el grupo PMC Wagner, Evgeny Prigozhin comenzó a publicar videos y audios sobre la falta de municiones y armamento necesarios para terminar con la última defensa ...

Aproximadamente en abril, antes de que Bajmut cayera por completo en manos del Ministerio de Defensa de Rusia y el grupo PMC Wagner, Evgeny Prigozhin comenzó a publicar videos y audios sobre la falta de municiones y armamento necesarios para terminar con la última defensa ucraniana que resistía en las líneas del oeste de la ciudad. Al ir pasando los días, Prigozhin se fue quejando más de lo que hacía el Ministerio de Defensa de Rusia, específicamente de dos personas que se convirtieron en un tema personal y de liderazgo entre las facciones rusas que peleaban por capturar Bajmut: Sergueí Shoigú y Valery Gerasimov, las cabezas principales del ministerio más importante de Rusia hasta hoy.

Al no recibir las municiones que Wagner necesitaba, Prigozhin amenazó con dejar las posiciones de Bajmut y dárselas de vuelta al ejército ruso para que se hiciera cargo. Pasaron semanas y el líder mercenario seguía publicando audios sobre la corrupción interna en el ministerio, las mentiras que se le decían al presidente ruso, Vladimir Putin, y los números reales de las muertes.

Finalmente, antes del 21 o 22 de mayo se fueron las fuerzas Wagner cuando prácticamente la ciudad ya era tomada por Rusia.

Al caer Bajmut, a finales de mayo y siguiendo el mes de junio, las críticas continuaron por parte de Prigozhin mientras sus hombres se dirigían al este de Ucrania y a la región de Rostov para regresar a sus campamentos y entrenarse ante cualquier llamado emergente.

Días antes del viernes, el Grupo Wagner rechazaría firmar contratos y ser parte del Ministerio de Defensa. Prigozhin no quería ser oficialmente un títere de Valery Gerasimov y Sergueí Shoigú. Las cosas no acabaron bien entre ambos bandos, y Prigozhin sabía que con el poder dado y el armamento obtenido/guardado por meses, se podría desafiar a Shoigú dentro y fuera de Rusia.

El 23 de junio se encendió la chispa que parecía inexplicable dentro de Rusia, pero la realidad es que el conflicto interno entre Shoigú/Gerasimov y Prigozhin era una verdadera bomba de tiempo que podría explotar en Rostov, Moscú o en Donetsk. Sea verdad o mentira lo del proyectil y el bombardeo en el campamento Wagner, Prigozhin decidió marchar y tomar la ciudad de Rostov con un grupo de 25 mil hombres que tenía a su disposición por cualquier cosa.

La desesperación de Prigozhin desató algo histórico que no se veía como tal desde 1991 o 1993. Parecía surreal leer que Wagner cruzaba la frontera de Rostov desde Donetsk sin ninguna resistencia por parte del FSB. Parecía surreal ver la facilidad con la que el jefe de los mercenarios tomaba la ciudad de Rostov y el Distrito Militar del Sur sin alguna aparente resistencia, pero la realidad es que ya era algo que estaba pensado y hasta calculado por parte de él.

La marcha hacia Moscú ya estaba premeditada y hubiera sido capaz de llegar a los límites de la capital sin problema, pero entrar a Moscú se hubiera convertido en una carnicería que causaría daños a todo el país, especialmente a la estabilidad política y civil.

Sinceramente, creo que Prigozhin no tenía un plan al llegar a Moscú y cómo tomarla. El mismo Kremlin tampoco supo prepararse, aun cuando ya sabía de las intenciones de Prigozhin días antes de que realizara su sublevación.

Vladimir Putin negoció con un mercenario que puso a prueba a un Estado ruso que se creía impenetrable. Vladimir Putin se vio débil ante un mercenario que fue subestimado y que mostró mejores resultados en Ucrania que el mismo ejército ruso.

El drama post-Prigozhin está lejos de acabar. Todos lo sabemos.

Temas: