El G20 de Blinken y Lavrov

El furor del G20 a nivel ministerial en Nueva Delhi se asomó muy apenas el fin de semana pasado y en los últimos tres días antes de que empezaran a llegar las distintas delegaciones extranjeras a territorio indio. En sí, pareciera que el G20 se ha visto opacado más que ...

El furor del G20 a nivel ministerial en Nueva Delhi se asomó muy apenas el fin de semana pasado y en los últimos tres días antes de que empezaran a llegar las distintas delegaciones extranjeras a territorio indio. En sí, pareciera que el G20 se ha visto opacado más que nada por el tema del primer año de la invasión rusa a Ucrania y los eventos que rodean a Rusia, China y Estados Unidos, desde la semana pasada.

Más allá de las propuestas económicas que deberían ser el foco principal del G20, no me cabe la menor duda que los lentes internacionales siempre estuvieron puestos sobre si existiría una resolución o un comunicado conjunto para condenar la invasión rusa en Ucrania, especialmente al tener a Rusia dentro de este foro internacional y siendo hasta cierto punto incómodo dentro de todo lo que sucede en las decisiones resolutivas de esta veintena de países.

En esta ocasión, específicamente, lo más productivo del G20 en términos reales y a lo que se refiere económicamente es sobre lo que negocien, discutan y promuevan pequeños grupos de países o entre dos países u órganos para llegar a acuerdos que beneficien o den un entendimiento parcial a los intereses de sus naciones-institutos. Uno de estos ejemplos es Argentina y el provecho que pueda sacar con el FMI sobre sus problemas económicos y de deuda. Asimismo, otro es el entendimiento entre Estados Unidos e India sobre la compra de petróleo ruso que genera India al gobierno del Kremlin. Ante esto, no veo que el G20 sirva de mucho en esta ocasión para englobar un tema totalmente económico, sino más bien el ocaso principal es lo político con la guerra.

Repitiendo un poco las primeras líneas de esta columna, considero que también en los últimos días, la prensa ha puesto mucha más atención sobre cómo llegan los representantes de Rusia o Estados Unidos a Nueva Delhi y si ambas partes se estarían reuniendo en privado para negociar o hablar de temas que rodean a la guerra dentro de territorio ucraniano, que en sí, algo relacionado al propio G20 en la India.

El secretario de Estado, Antony Blinken, por su parte, realizó una visita a Asia Central pasando por Kazajistán y Uzbekistán. La visita rápida por esas latitudes fue más que nada para reforzar la cooperación estadunidense con algunas de las exrepúblicas soviéticas y mantener una cierta influencia ante una Rusia que observa en todo momento cómo Asia Central reacciona ante la guerra en Ucrania. Esto, se empalma con la reciente visita del ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, a Azerbaiyán, para tratar de mejorar las relaciones entre ambos países después de que hace un año se firmara un acuerdo de alianza.

Rusia ha tratado de meter su mano en África, es por eso que hemos visto muy activo al ministro Lavrov en su reciente gira dentro del continente africano. China, por su parte, fortalece su cooperación con Rusia al visitar Moscú durante el Día del Defensor de la Patria.

Rusia y Estados Unidos llegaron con mucho hermetismo a Nueva Delhi sin tenerse una claridad si se reunirían o no en los pasillos del G20. Blinken y Lavrov no se veían las caras de enero de 2022.

Ayer, por fin supimos de la reunión entre Blinken y Lavrov, la cual duró casi diez minutos y enmarcó tres puntos clave: la guerra en Ucrania, la suspensión del START III por parte de Rusia y la liberación del espía Paul Whelan.

El diálogo quedó abierto, pero poco se resolverá en los próximos meses. El G20, en general, sólo sirvió para ver a Blinken y Lavrov. Nada más.

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