Difíciles semanas para Ucrania
El tema de la guerra se estanca dando algunos destellos que dan resultados no muy fructíferos o no muy esperados para una contraofensiva ucraniana que prometía bastante a principios de junio. Los avances más importantes se centran en los suburbios del norte de Bajmut, ...
El tema de la guerra se estanca dando algunos destellos que dan resultados no muy fructíferos o no muy esperados para una contraofensiva ucraniana que prometía bastante a principios de junio.
Los avances más importantes se centran en los suburbios del norte de Bajmut, donde el ejército ucraniano trata de rodear y entrar a la ciudad tomada por los rusos casi a finales de mayo. No será fácil que Rusia pierda la ciudad o ceda territorio, pero todo parece indicar que, poco a poco, se tendrán que debilitar las defensas rusas para que se pueda acceder a la ciudad destruida en la región de Donetsk. Por otra parte, tenemos el frente del sur en la región de Zaporiyia, el cual sólo ha sido capaz de avanzar por algunas villas o pequeños pueblos al norte de la región. Los rusos se prepararon, fortificaron, minaron los territorios y tienen ventaja aérea en esa parte. Tuvieron casi un año para prepararse y esperar una contraofensiva que, sinceramente, prometía mucho desde un principio. Debo decir que me he sorprendido de lo bien que se ha defendido Rusia, especialmente porque Ucrania no ha llegado ni a la primera línea de defensa, que está casi en la parte central de la región de Zaporiyia.
Ucrania ha estado teniendo demasiadas bajas y perdiendo maquinaria occidental, que es importante para la contraofensiva. Mienta o no Rusia con sus números que parecen inflados sobre las pérdidas ucranianas, sí se puede constatar que las cosas no se han hecho del todo bien.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, por su parte, se justifica al decir que dicha contraofensiva no es como jugar un videojuego, pero la realidad es que las estrategias que se implementaron no son las adecuadas para capturar de vuelta el sur ucraniano. El tiempo corre y, si no se tienen resultados para septiembre o llegando a otoño, creo que los planes deberán cambiar drásticamente dentro de la guerra.
Ante lo que sucede, pensar en llegar a Crimea con los resultados que se tienen hasta ahora me parece absurdo y totalmente fuera de la realidad. Llegar a Crimea representa avanzar por toda la parte occidental de Zaporiyia y tomar por completo el blanco izquierdo junto con el sur de Jersón. La tarea no es fácil, pero el ejército ucraniano ha tratado de cruzar el río Dniéper y establecerse, poco a poco, en el sur de Jersón.
Con una contraofensiva que muestra deficiencias y decisiones erróneas, la atención se vuelca, hace algunas semanas, al tema del grupo mercenario Wagner y su todavía líder Yevgueni Prigozhin. La guerra quedó prácticamente en un segundo término por 4-5 días ante la fallida sublevación o el plan interno que tenía Prigozhin en Rusia, pero todavía, hasta al día de hoy, uno puede ver que el drama de la postsublevación y lo que sucede en torno al círculo más cercano de Putin es de más interés que la misma contraofensiva o guerra en Ucrania.
Y si no fuera poco el tan estancado momento que vive Ucrania, tenemos la cumbre de la OTAN en Vilna, Lituania.
Tanto se habló, expresó y rumoró antes de que iniciara, para que la declaración final sobre la adhesión de Ucrania a la OTAN sea la misma de siempre y la que se formuló desde 2008 en Bucarest.
Ucrania no formará parte de la OTAN en mucho tiempo, y menos estando en guerra con Rusia. Es la realidad.
El presidente Volodímir Zelenski necesita sacar lo bueno de todo esto y resignarse, por el momento, para tratar de recibir el armamento necesario y continuar con su contraofensiva estática.
Han sido semanas difíciles para Ucrania, definitivamente.
