Biden está ocupado en otras cosas

 Estados Unidos está atravesando por un clima político interno bastante adverso entre los demócratas y los republicanos. Por una parte, tenemos el tema de la investigación contra Donald Trump sobre el asalto al Capitolio y las mentiras sobre su nula victoria en la pasada elección presidencial. Increíble, pero cierto, en Estados Unidos continúan investigando a un expresidente que es, a leguas, un criminal y un peligro para su propia nación. Sinceramente, dudo que sea procesado o enjuiciado por dicha investigación. 

Por otra parte, tenemos a los demócratas con sus dudas sobre el futuro de Joe Biden, la baja popularidad del presidente cuadragésimo sexto y las grandes problemáticas político-económicas internas que están surgiendo dentro de la administración en turno. 

La popularidad del originario de Delaware ha estado subiendo y bajando dentro de los 35-36 puntos de aprobación en las últimas dos semanas, lo cual lo pone en los peores niveles aprobatorios desde que inició su presidencia en la Casa Blanca. Cabe destacar que, desde agosto de 2021, Biden no ha podido subir de 50% de aprobación entre la sociedad estadunidense. Y, por si no fuera suficiente, el Partido Demócrata empieza a dudar sobre si Biden es el candidato idóneo que necesita para el 2024, aun y cuando 64% de los partidarios apruebe su gestión presidencial. 

 Asimismo, sólo 26% de los votantes prodemócratas estaría a favor de que Biden fuera el candidato que represente al partido en las próximas elecciones presidenciales, las cuales se van asomando y generan controversia por la posible candidatura de Trump con los republicanos. 

 Con 79 años y siendo el presidente en turno más longevo de Estados Unidos, Biden es duda para el 2024, especialmente para los votantes que no pasan de los 30 años de edad. Sus desaires, sus momentos penosos, los ridículos que ha hecho en cadena nacional y los retos que enfrenta la nación más poderosa del mundo ponen en riesgo su futuro político para la próxima carrera presidencial. 

Por otra parte, mientras la aprobación del mandatario estadunidense se tambalea, se llega a una inflación en junio de 9.1% no vista desde 1981; baja la gasolina a menos de cinco dólares por galón y se desata un clima de violencia con tiroteos en varias regiones del país, Biden realiza su primer viaje a Oriente Medio como presidente. 

El mandatario estadunidense se va de gira cuatro días a Israel y Arabia Saudita, algo que es bastante criticado, no visto con buenos ojos ante los problemas internos y el descuido de la administración bidenista en la región. Su viaje representa una oportunidad para buscar un mejoramiento en las relaciones tan distantes con el príncipe saudita, Mohammed bin Salman, ante la controversia del asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudita en Estambul, Turquía; y el acercamiento con Rusia y China. También se estaría persuadiendo a que Arabia Saudita eleve su producción de petróleo para ver una baja mundial en el precio de los hidrocarburos, pero no hay nada seguro. En pocas palabras, no se espera gran cosa con la visita a Yeda. 

La visita a Israel representa la preocupación que se vive actualmente con Irán. Aunque también EU necesita reforzar sus lazos con el nuevo gobierno de Yair Lapid. 

Oriente Medio es importante para Estados Unidos, pero, muy a mi parecer, Rusia y China están aprovechando el descuido de la política exterior estadunidense en la región. 

Se necesita tiempo y dedicación. Biden está ocupado en otras cosas.