Argentina en el ocaso

Cualquier posibilidad de buscar una reelección se tenía que sondear en las encuestas que venían para mayo o junio. Los pronósticos eran muy pobres, las voces internas de la Cámpora o dentro del peronismo temían que el originario de Buenos Aires se bajara de la ...

Cualquier posibilidad de buscar una reelección se tenía que sondear en las encuestas que venían para mayo o junio. Los pronósticos eran muy pobres, las voces internas de la Cámpora o dentro del peronismo temían que el originario de Buenos Aires se bajara de la contienda presidencial, pues los resultados en este último año habían sido devastadores para su popularidad, su salud había desmejorado y hasta tuvo que ingresar al hospital dos veces en menos de un año; está peleado con su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y la economía argentina se desploma llegando a una inflación de 104% con un tipo de cambio que ni Sergio Massa puede estabilizar.

El presidente Alberto Fernández quería esperarse para mayo o junio, pero sabía que era necesario tomar una decisión lo más pronto posible. La presión se lo estaba comiendo por las voces opositoras que le pedían la renuncia ante la profunda crisis económica que venía empeorando en las últimas semanas. Por la información que tengo, estaba casi solo y sin ningún aliado que pudiera apoyarlo para buscar un segundo mandato. Decidió no esperar más y publicó un video el pasado viernes en su cuenta de Twitter que se titula Mi decisión, donde explícitamente anunciaba que no buscaría la reelección de la presidencia argentina. Alberto Fernández no existe más dentro de los círculos kirchneristas o de la mismísima Cámpora. Tanto así, que se rumora una nula comunicación entre él y Cristina Fernández. No se hablan.

El mayor punto de inflexión del gobierno albertista como tal me parece que viene con la renuncia de Martín Guzmán en julio de 2022, quien fuera el ministro de Economía y gran aliado del presidente Fernández desde que iniciara su administración en diciembre de 2019.

Las cosas ya estaban mal en la economía nacional y Guzmán no fue del todo el mejor ministro del gabinete, pero ese golpe, en particular, creo fue el que hizo llevar al precipicio la economía argentina. Llegó la famosísima Silvina Batakis a Economía, pero a los 24 días de su llegada al ministerio, presentó su renuncia para que tomara el poder económico el superministro Sergio Massa.

Sin tener una gran experiencia en economía, pero siendo un gran político y exintendente de Tigre, Sergio Massa ha probado, sin suerte, calmar la caída de la economía argentina. Va de aquí para allá, viaja para renegociar un acuerdo en el FMI, va a Estados Unidos, busca retener los precios, busca en todos lados, pero, por lo que se ve, lo único que queda es controlar el tipo de cambio con reservas internacionales, controlar los precios de los productos básicos y aguantar hasta octubre que es cuando llegarán las elecciones presidenciales. Prácticamente, Massa le dejaría la crisis al nuevo presidente que se siente en el “sillón de Rivadavia” de la Casa Rosada o a él mismo, pues por los círculos de la coalición del Frente de Todos o del kirchnerismo más puro se habla de que Massa podría ser el próximo candidato de Cristina.

La actual vicepresidenta se bajó de cualquier contienda desde diciembre pasado, todo esto por los problemas legales que tiene y por la causa Vialidad que ya cuenta con una condena y que fue apelada en la corte. Puede participar en la contienda presidencial, pero todo indica que no lo hará.

Alberto se va, ¿pero quién será el elegido por el Frente de Todos? ¿Sergio Massa? Es una opción, pero no es completamente de la cepa kirchnerista.

¿Será Cristina?

La presidencia huele cada día más a la oposición. Bullrich o Milei.

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