A 45 días

El paro nacional contra las leyes de Milei no fue lo que todos esperaban

Atrás quedaron los momentos, los recuerdos y las declaraciones más fuertes que provocaron el desenlace de la presidencia de Alberto Fernández. Atrás quedaron las promesas y lo que pudo ser una continuación o una rectificación de lo que dejó mal el gobierno de los Fernández. Atrás quedaron la paciencia, el tiempo, las mentiras y lo que se aguantó para ver un cambio de 180 grados en un país devastado.

Alberto Fernández quedó para el olvido junto con su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ambos decidieron dar un paso al costado al saber que su candidato Sergio Massa sucumbió en los comicios presidenciales que llevaron a un balotaje sin retorno alguno.

Alberto Fernández decidió exiliarse en España para tratar de pasar desapercibido y para que el pueblo no lo culpe directamente del desastre que dejó en su país después de cuatro años de fracasos, promesas no realizadas y de una agobiante crisis económica que será difícil superar en los próximos años.

Mientras Alberto Fernández vive su vida de lujo cenando en hoteles caros, usando una camioneta Mercedes Benz, abriendo una cuenta de banco y viviendo en una lujosa zona a las afueras de Madrid, se vive otra realidad muy distinta en las calles de Buenos Aires o en cualquier parte del territorio argentino.

El atrás quedó para la historia y pareciera que han pasado muchos meses desde que Argentina decidiera darle su voto de confianza al libertario Javier Milei o que se diera el inicio del gobierno mileísta intentando sembrar las bases de un futuro distinto con escenarios complicados e inciertos, pero realmente si nos ponemos a reflexionar, apenas se tienen poco más de 45 días de un proyecto al que se le exige vastamente como si de verdad éste hubiera provocado la situación en la que se vive actualmente a nivel nacional.

  • Se sabía que el panorama no sería en lo más mínimo sencillo. Se sabía que la izquierda argentina y los grupos de poder que perdieron sus privilegios culparían de cualquier cosa a Javier Milei.

Desde antes de que iniciara su presidencia se sabía del desafío que representaría gobernar sin gran apoyo político en el Congreso, sin tener a gobernadores que den un respaldo y sin el dominio o el poder de controlar las calles. Si usted lo recuerda, platiqué sobre eso en noviembre pasado con Pascal Beltrán del Río en la Primera Emisión de Imagen.

Por otra parte, Javier Milei intentó de un manotazo cambiar las reglas del juego y de un golpe buscar bajar los índices económicos riesgosos mediante un paquete de leyes que provocaría enojos, protestas, manifestaciones y la reacción de los sindicalistas junto con la izquierda. Era algo natural.

A 45 días, la Confederación General del Trabajo (CGT) realiza un paro nacional que planificó después de las primeras medidas con las que empezó a gobernar el mandatario libertario. Y, aunque la amenaza sigue siendo real, el paro nacional no fue lo que todos esperaban. El mismo gobierno lo tacha como “fracaso”.

  • Sobre el paro nacional queda la duda de por qué la CGT realizó su paro a tan pocos días de haber empezado la gestión de Milei, mientras que en la de Fernández, no se llevó a cabo absolutamente ningún paro nacional o ninguna protesta masiva. Qué raro, ¿no?

A 45 días, todo lo que está en contra de Milei huele a política sucia y a los instrumentos para aflojar al gobierno y desestabilizarlo.

Hay que dejar trabajar a Milei. Hay que darle el beneficio de la duda. Hay que darle la oportunidad de gobernar.

A los otros se les dio dicha oportunidad y fracasaron.

Temas: