Versos para meditar… y sonreír
Mi querido viejo, uno de los motivos para escribirte es celebrar contigo le llegada de los años viejos. Tengo el placer de conocer a muchos que disfrutan y gozan cada día con su familia, amigos, vecinos, etcétera, pero lamentablemente hay otros que no lo hacen, y eso es ...
Mi querido viejo, uno de los motivos para escribirte es celebrar contigo le llegada de los años viejos. Tengo el placer de conocer a muchos que disfrutan y gozan cada día con su familia, amigos, vecinos, etcétera, pero lamentablemente hay otros que no lo hacen, y eso es triste,
Pues, resulta que doña Magdalena Sánchez Blesa, prolífica escritora y poeta, habla de los temas que nos ocupan y preocupan. Sus libros tienen una gran difusión. A mí me llamó la atención uno de ellos, que habla de lo que nos pasa y nos puede pasar si por alguna razón olvidamos la importancia de vivir y vivir plenamente, valorar lo que somos y actuar en consecuencia. El poema La importancia que mereces dice así:
No te das la importancia que mereces/ y vas dejando que la vida pase/ y para ti no hay tiempo casi nunca/ y nunca te regalas un detalle.
Y corres, por la prisa de los otros/ y llegas a tu vida siempre tarde/ y va pasando el tiempo, y va pasando/ y vas envejeciendo en el paisaje.
Y no se te preguntas por tu risa/ que se fue diluyendo con la tarde/ Y siempre los demás, y para cuándo/ una cita contigo en cualquier parte.
Te necesitas más de lo que piensas/ y nunca te detienes a escucharte/ y tienes tantas cosas que decirte/ pero no te pareces importante.
Y siempre tú después/ y siempre luego, y siempre, para ti, más adelante/ Y siempre tú detrás, y siempre nunca/ y el tiempo, que se va sin esperarte.
Queda contigo en un lugar hermoso/ lleva una flor para identificarte/ y cuéntate la historia de tu vida/ ya verás cómo vas a enamorarte/ Porque no hay como tú nadie en el mundo/ porque en el mundo, como tú, no hay nadie.
Y siempre los demás, y siempre luego/ y vas envejeciendo en el paisaje/ Y nunca tus asuntos lo primero/ y déjalo pasar que no hace falta/ y acaso el mes que viene, si se puede/ Y el tiempo, que te agacha la mirada.
Y tú, cuando los años lo permitan, y tú/ cuando esta crisis un día pase/ y tú cuando se pueda en otra vida/ y tú nunca jamás de los jamases. Y el tic tac del reloj en tu muñeca/ y vas envejeciendo en el paisaje
¿Qué te parece, querido viejo?, hoy más que nunca debemos apreciar, disfrutar y vivir plenamente nuestros años, no dejar lo que queremos para otra ocasión; cierto, podemos tener consideraciones con los demás, pero nosotros somos personas, y merecemos ocupar el lugar que nos toca en este mundo.
