Optimismo o pesimismo, tú decides
El pesimismo es asunto de la inteligencia,el optimismo, de la voluntad. A. Gramsci Me da mucho gusto que el ejército de viejos queridos vaya aumentando, que cada vez más amigos se unan a esa corriente de vida y optimismo que es la única forma de vivir la vida, en ...
El pesimismo es asunto de la inteligencia,
el optimismo, de la voluntad.
A. Gramsci
Me da mucho gusto que el ejército de viejos queridos vaya aumentando, que cada vez más amigos se unan a esa corriente de vida y optimismo que es la única forma de vivir la vida, en especial en estos años en que, como los autos, ya no somos modernos, sino “clásicos”.
Los números crecen: seguramente conoces a un querido viejo que trabajó en una oficina de una empresa, después de 40 años se jubiló y vive en su departamentito con su esposa porque los hijos ya se fueron, y sale todas las mañanas a caminar, va al mercado a comprar algunas cosas para la comida, lee los libros que ha adquirido en una tienda de libros usados, a veces ve en la televisión un partido de futbol y, una vez al mes, va al cine o a un concierto; “no tengo de qué quejarme –dice–, vivo bien, me siento sano, el ejercicio me hace bien, tengo lo necesario para comer y tengo el amor de mi esposa”; tal vez ese amigo no tiene lo que sería “deseable” para ser feliz, pero se siente feliz y no hay nada mejor que eso.
Y eso no obsta para que, consciente como buen ciudadano, esté al tanto de lo que ocurre en el país, pero en lugar de lamentarse por el fracaso de esta administración en todos los órdenes, quiera participar para que no se pierdan nuestras libertades y las instituciones autónomas, y por eso va a marchar el próximo domingo para defender a la Constitución y sus leyes, como lo harán millones en todo el país, eso es ser optimista y defender sus derechos.
Con todo lo que estamos viviendo, tal vez me dirás que tenemos razones para ser pesimistas y no puedes cambiar porque todos en tu familia han sido así, depresivos y pesimistas; te tengo una buena noticia: los estudios de neurociencias han mostrado que el cerebro tiene una capacidad de regeneración sorprendente, ya te he hablado de casos de lesión cerebral que mejoran gracias a eso que se llama “neuroplasticidad”, esa capacidad de las neuronas de hacer funciones nuevas que sustituyan a las neuronas dañadas, pues bien, en los sentimientos también sucede lo mismo, porque la neuroplasticidad del cerebro también se modifica con las “señales emocionales positivas”.
¿Y cuáles son esas señales?, actuar “como si” fueras feliz: poner atención en la postura, sentarse más erguido, caminar con pasos más amplios, escuchar música y las conversaciones con más atención, sonreír, y a los pocos días se podrá notar que el ánimo cambia y se está más relajado. “No es magia ni ilusión, dicen los expertos, cambiar de ánimo es así de fácil”.
Las conductas saludables influyen tanto en el cuerpo –que será más sano y se enfermará menos–, como en la mente, que tendrá pensamientos cada día más positivos, una actitud optimista, “verá siempre el lado soleado de la calle”, y cumplirá lo que dijimos al principio: “No es feliz el que es feliz, sino el que se cree feliz”.
…Y suerte en la marcha del domingo, allá estaremos.
