Mi hijo está gordito, porque está sanito

MITOUn pequeño de tres o cuatro años llega con su mamá a una reunión, alguien, preocupado por su obesidad evidente, le dice: ¿no está muy gordito tu niño?, y la mamá responde: ¡no, qué va!, está gordito porque está sanito.Esto tiene una explicación, ya ...

MITO

Un pequeño de tres o cuatro años llega con su mamá a una reunión, alguien, preocupado por su obesidad evidente, le dice: ¿no está muy gordito tu niño?, y la mamá responde: ¡no, qué va!, está gordito porque está sanito.

Esto tiene una explicación, ya que, en el siglo pasado, antes de que apareciera la píldora anticonceptiva, las mujeres tenían cuatro, seis o más hijos, llegando algunas —que yo conocí— a más de 24 hijos, uno de los cuales fue compañero mío en la escuela.

Esta situación era tan común, que Excélsior estableció el 13 de abril de 1922 la convocatoria para celebrar el Día de la Madre el 10 de mayo, y establecer un Premio de la Madre más Prolífica, así como premiar el primer niño que naciera el 10 de mayo.

Pero había un problema: los hijos de madres prolíficas eran delgados o flacos, la mortalidad era grande, por eso una de las preocupaciones de los padres era que no tuvieran desnutrición; y después de la lactancia, la madre alimentaba —y alimenta— al pequeño con abundante comida ofreciéndole todo, especialmente alimentos altos en azúcar y golosinas de todo tipo.

Y cuando alguien le pregunta a la madre si se ha dado cuenta que el bebé está con sobrepeso, la mayor parte de las madres replican: “no es cierto, mi niño no está gordito, está sanito”.

CONSECUENCIAS

Sabemos que la obesidad infantil es un gravísimo problema en México; en un estudio realizado en la UNAM por el doctor Enrique Carmona Montesinos y la doctora Selva Rivas en 300 niños de tres a cinco años de edad que sufrían sobrepeso u obesidad, tenían ya el llamado Síndrome Metabólico, con resistencia a la insulina y estrés oxidativo, y están en riesgo de sufrir diabetes y obesidad (Carmona M.EChildhood Obesity, 2016, 2, 1-8). Esa información ha sido ignorada por los padres y por muchos médicos y los programas de salud no han llegado a la población para educarlos en este grave problema.

REALIDAD

La realidad es que es urgente educar a la población, en especial a los padres de familia, sobre el riesgo de que sus hijos tengan sobrepeso, porque eso es el presagio de una adolescencia o juventud con obesidad y diabetes. No hay “gorditos sanitos", sólo hay niños obesos en riesgo o enfermos, sea cual sea su edad. Los papás pueden mostrar su amor por los hijos enseñándolos a que coman bien, que disfruten la variedad de alimentos que tenemos en México, hagan ejercicio diario y vivan sanos; para eso será útil que ellos mismos sean ejemplo de salud alimentaria y vida activa.

El obstáculo que vemos con frecuencia está no sólo en la ignorancia de los padres, sino que ellos mismos padecen sobrepeso y obesidad y, para ellos, la obesidad no es una enfermedad; de hecho, cuando se intentó hacer una valoración de los niños al entrar a la escuela en la Ciudad de México (2013), el 15% de los padres se negaron a pesar y medir a sus hijos. El problema de la obesidad tiene aún mucho camino por recorrer.

Temas: