¡Hay que tener una amante!

Los hombres piensan que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse. Gabriel García Márquez Mi querido viejo: una y otra vez hemos hablado de la importancia de mantener vivas esas actitudes y emociones que nos dan bienestar ...

Los hombres piensan que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.

Gabriel García Márquez

Mi querido viejo: una y otra vez hemos hablado de la importancia de mantener vivas esas actitudes y emociones que nos dan bienestar y felicidad, pero es posible –y todos lo hemos vivido con alguno de nuestros compañeros– que por el paso de los años, por los achaques, los problemas familiares o económicos, piensen o crean que la vida ya no tiene sentido, porque el amor ya no está entre sus prioridades, y viva una vida plana.

Triste situación de quien piensa, a cualquier edad, que el amor no es para él o para ella, porque desde el nacimiento todo en la vida es un acto de amor, y lo que dice Gabriel García Márquez es una gran verdad, los seres humanos envejecemos cuando dejamos de enamorarnos.

“¿Será eso posible?”, dirá algún querido viejo, “¿cómo me voy a enamorar si tengo 75 años, vivo solo y me duelen los huesos?”; sí, esto es no sólo posible, sino deseable, por lo que quiero compartir algo que un día leí, un hermoso pensamiento cuyo autor desconozco: “Para estar contento, activo y sentirse feliz, hay que estar de novio con la vida y, para eso, no importa la edad, hay que tener un amante”.

Amante es “lo que nos apasiona, lo que ocupa nuestros pensamientos antes de quedarnos dormidos y a veces no nos deja dormir; lo que nos ayuda a esperar el mañana o el tiempo necesario para el reencuentro con el amado; lo que nos vuelve distraídos frente al entorno, lo que nos permite saber nuestra secreta intimidad, que así la vida tiene una motivación y un sentido”.

“Este amante lo encontramos a veces en nuestra pareja, en otros casos, en alguien que no es nuestra pareja…, pero también solemos hallarlo en la investigación científica o en la literatura, la música, la política, el deporte, el trabajo cuando es vocacional, la necesidad de trascender espiritualmente, la solidaridad con el prójimo, el hábito de viajar, el teatro, la pintura, la amistad, la buena mesa, el estudio o el obsesivo placer de coleccionar estampillas... En fin, un amante es alguien o algo que nos pone de novios con la vida”.

¿Qué te parece, querido viejo?; estoy seguro que tú estás de novio con la vida, porque desde el momento en que me estás leyendo, tienes interés por saber qué quiero decirte, pero yo sé que tú eres uno de los miles de queridos viejos, hombres y mujeres, que siguen adelante con una sonrisa en los labios; tengo el placer de conocer a quien perdió a la compañera de toda su vida después de un matrimonio hermoso y ejemplar, y con la entereza que da el recuerdo y con el amor por la vida, ha seguido adelante, lo admiro como a todos los que, pase lo que pase, tienen un “amante” y no estarán solos.

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