Diez años de una Nueva Cultura Salarial que ha demostrado funcionar

Por: Francisco Javier López Díaz

 

 

Este 2025 marca una década desde que impulsamos la Nueva Cultura Salarial, una visión nacida en la Coparmex para colocar a los trabajadores en el centro de la agenda económica y promover un ingreso digno sin comprometer la estabilidad del empleo formal. En diez años, esta estrategia se ha consolidado como uno de los consensos sociales más relevantes del país.

Desde 2016, cuando logramos la desindexación del salario mínimo, abrimos la puerta a un aumento responsable y sostenido. El salario mínimo general acumula un crecimiento real superior a 130%, con efectos concretos en el bienestar de millones de familias. Al día de hoy, cubre 84% de la línea de bienestar familiar, y en la Zona Libre de la Frontera Norte rebasa por amplio margen ese umbral. Nuestra meta permanece firme: que hacia 2026 el salario mínimo general alcance 100% de esa referencia, equivalente al ingreso necesario para que dos personas económicamente activas sostengan dignamente un hogar de cuatro integrantes.

Cabe mencionar que este importante avance no surgió espontáneamente, sino que ha sido producto de un diálogo social continuo entre trabajadores, empleadores y gobierno. Medidas como los incrementos salariales, la reforma pensionaria, el fortalecimiento de las vacaciones y la regulación de la subcontratación han sido posibles gracias a acuerdos construidos desde la corresponsabilidad y el compromiso conjunto. La reciente determinación de ajustar el salario mínimo a $315.04 confirma, una vez más, que el consenso tripartito es capaz de generar bienestar sin poner en riesgo la competitividad.

Los resultados están a la vista, pues el salario mínimo supera ya la línea de pobreza individual y, adicional, la pobreza laboral registra una reducción consistente en los últimos años. Este proceso ha permitido que millones de trabajadores cuenten con un ingreso más robusto y que las empresas mantengan un entorno de estabilidad, certidumbre jurídica y productividad.

La evidencia nacional confirma esta ruta, pues, de acuerdo con cifras del Inegi, entre 2016 y 2024 un total de 13.7 millones de personas en el país salieron de la pobreza. Y la Conasami estima que la mitad de la reducción en pobreza entre 2018 y 2024 provino directamente de los aumentos al salario mínimo. Se trata de una importante mejoría social en décadas y, detrás de esa evolución, hay un factor decisivo: el incremento del ingreso laboral. Esto demuestra que el empleo formal bien remunerado es la política social más efectiva y que las empresas sí contribuyen a abatir rezagos históricos.

Aun así, persisten desafíos. Casi la mitad de la población permanece fuera de la seguridad social y la desigualdad regional mantiene estados con rezagos profundos. Por ello, la Nueva Cultura Salarial no es una meta concluida, sino una ruta de país. Avanzar hacia un salario que garantice bienestar familiar exige fortalecer la productividad, impulsar la formalidad, asegurar energía suficiente, consolidar un auténtico Estado de derecho y mantener espacios de diálogo permanente.

 

En la Coparmex reiteramos nuestra convicción: un México más justo se construye con trabajadores mejor remunerados, empresas sólidas y acuerdos en conjunto que generen confianza. El país ya comprobó que, cuando el ingreso laboral mejora, la pobreza retrocede. Ahora tenemos la responsabilidad de sostener esa trayectoria y asegurar que ninguna familia que viva del trabajo formal permanezca por debajo del bienestar que merece. #OpiniónCoparmex

 

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