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A los niños no hay que hablarles de sexo (I)

Rafael Álvarez Cordero

Rafael Álvarez Cordero

Viejo, mi querido viejo

 

 

MITO

A los niños no hay que hablarles de sexo.

Una de las costumbres más arraigadas en la población mexicana ha sido la secrecía y los tabúes que tienen muchas familias respecto a asuntos de importancia como la salud, uno de estos mitos, relacionado con creencias religiosas, es la prohibición de informar o hablar con niños y adolescentes de temas relacionados con el sexo, aduciendo que “no entienden” o que “ya aprenderán cuando sean grandes”.

CONSECUENCIA

Si la ignorancia respecto a alimentación, ejercicio y demás es una de las causantes de enfermedades como diabetes, hipertensión y obesidad, la ignorancia respecto al sexo tiene gravísimas consecuencias. México es el miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos con más adolescentes embarazadas, lo que refleja insuficiencia de campañas sobre educación sexual, falta de comunicación familiar y escaso acceso a métodos anticonceptivos. El año pasado, la tasa fue de 77 adolescentes embarazadas por cada mil jóvenes de 15 a 19 años, mientras que la edad de inicio de las relaciones sexuales, en 23% de este segmento, fue entre los 12 y 17 años.De acuerdo con estadísticas de la Estrategia Nacional para la Prevención de Embarazos en Adolescentes, en México ocurren, al año, 340 mil nacimientos en mujeres menores de 19 años, y 15% de los hombres y 33% de las mujeres no utilizaron métodos anticonceptivos en su primera relación sexual; ¡340 mil niñas/mamás!, ¡340 mil adolescentes/papás!, lo que cancela toda oportunidad de desarrollo y progreso. Las consecuencias de esta falta de información son muchas: unas son de salud: mortalidad materna por preeclampsia, diabetes gestacional, hemorragias uterinas, desnutrición, inmadurez y bajo peso de los bebés; pero otras son de carácter social: matrimonios obligatorios, hijos abandonados, madres solteras en la pobreza, etcétera.

REALIDAD

La realidad pura y simple es que es indispensable hablar con los hijos de sexo desde el momento en que hagan la primera pregunta, las razones son evidentes, el sexo no tiene nada de malo y los nombres de los órganos sexuales son tan importantes como los de cualquier parte de nuestro cuerpo, ocultar los nombres o darles apodos ridículos no ayuda a la educación sexual. La información sexual debe darse hacia los dos o tres años, cuando el niño haga la primera pregunta contestar claramente, sin tapujos, sin falsas palabras, sin vacilación y responder únicamente lo que pregunta; hablar claro y conciso, crear confianza sobre el tema y, en su momento, cuando el niño crece, instruir y educar respecto a los métodos anticonceptivos que pueden usar. ¿Qué pasa si el niño no recibe información adecuada de sus padres?, la va a buscar por otro lado, que será tal vez incompleta o falsa; si desconocen la realidad de los métodos anticonceptivos seguiremos teniendo miles de niñas embarazadas y miles de niños convertidos en papás sin remedio. Hay otro gravísimo problema relacionado con la falta de información sobre sexo: las enfermedades de transmisión sexual, eso lo trataré la semana entrante.

 

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