T-MEC: clave para recuperar el desarrollo

Por Rubén Rocha Moya La puesta en marcha del Tratado México, Estados Unidos y Canadá TMEC ayudará al país a la reactivación económica a partir de construir certeza, certidumbre y confianza entre los actores comerciales. Llega justo a tiempo.La crisis económica ...

Por Rubén Rocha Moya

La puesta en marcha del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ayudará al país a la reactivación económica a partir de construir certeza, certidumbre y confianza entre los actores comerciales. Llega justo a tiempo.

La crisis económica generada por la pandemia nos obliga a realizar supremos esfuerzos para retornar a la nueva normalidad que los tiempos nublados nos imponen.

Los más de tres mil kilómetros de frontera que compartimos con la economía más importante del mundo y el mercado de consumo más cuantioso del orbe nos mantienen, de facto, en una situación de privilegio.

Y es que, además, esa norteña nación supera los 330 millones de habitantes, en la que radican casi 57 millones de latinos, de los cuales más del 63% es de origen mexicano, lo que ocasiona factores geo-demográficos y culturales que nos mantienen como el segundo socio comercial más importante de esta gran potencia.

Por eso, y de acuerdo con datos de fuentes diversas, los bienes que México exporta, tan sólo a Estados Unidos, representan el 80% del total de nuestras exportaciones. De todas ellas, las del sector automotriz y la agricultura de exportación, incluyendo a las remesas que envían los mexicanos radicados al otro lado de la frontera, son las principales fuentes de divisas de nuestro país.

La sola idea de que cualquiera de estas fuentes —exportaciones y/o remesas— desaparecieran o se redujeran drásticamente, provocaría que colapse nuestra economía inevitablemente.

Desde luego, estoy figurando un escenario difícil de ocurrir. Y esto, sobre todo, porque los tratados comerciales entre estas tres naciones están diseñados para garantizar que las relaciones económicas transcurran sin sobresaltos y reguladas por acuerdos debidamente legalizados por sus respectivas instancias de gobierno.

Así, en su momento, los jefes de Estado de México, EU y Canadá firmaron el nuevo tratado comercial, conocido como T-MEC. Posterior a ello, en una acción de gran consenso, el Senado de México aprobó el documento que lo contiene, tal como lo mandata nuestra Constitución.

En ese contexto, 29 y 30 de junio, ambas cámaras del Congreso de la Unión aprobaron un conjunto de disposiciones normativas internas tendiente a armonizar los contenidos del T-MEC, el cual entró en vigor ayer, primero de julio.

Esta nueva normatividad trata de proteger la Propiedad Industrial en el marco del acuerdo comercial, así como el Derecho de Autor, a fin de motivar la inventiva y creatividad intelectual en materia industrial y comercial. Con igual propósito se reformó lo concerniente al Código Penal Federal; se expidió la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación, con reformas a la Ley Aduanera, lo que, entre otras muchas ventajas, permite que nuestra industria nacional mantenga flujos comerciales sostenidos bajo reglas claras; asimismo, se aprobó la Ley de Infraestructura de la Calidad, con todo lo cual nuestro país podrá, finalmente, consolidar una nueva cultura de producción de bienes y servicios, con base en objetivos legítimos de interés público tutelados por nuestra Constitución y plasmados en el Plan Nacional de Desarrollo, en un contexto de apertura.

Por su parte, por lo que toca a su exclusiva competencia en tratados internacionales, y por primera vez en un convenio de esta naturaleza, el Senado de la República, con el voto de todas las fracciones parlamentarias, el Acuerdo en Materia de Cooperación Ambiental entre los tres países de América del Norte.

En este tenor, desde el grupo parlamentario de Morena y sus aliados, confiamos en que las políticas públicas para la emergencia y la reactivación que propone y aplica el presidente Andrés Manuel López Obrador, aunado al oportuno y prometedor arranque del T-MEC, sean garantía para la recuperación progresiva, no sólo de la economía, sino también de la salud de los mexicanos.

Por eso, y transcurridos dos años del histórico triunfo electoral, el mejor homenaje que como legisladores podemos brindar a esa epopeya ciudadana es el desbrozar el camino jurídico-legal para fortalecer las relaciones comerciales con nuestros vecinos del norte. Y así se hizo.

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