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México en la ratificación del Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Martha Delgado

Este 24 de octubre, el mundo dio un paso de la mayor relevancia hacia la eliminación total de las armas nucleares. México fue uno de los autores y principales promotores de la resolución 71/258 de la AGONU, que establece la necesidad del Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares (TPAN), instrumento vinculante contra ese armamento y que fue aprobado con la activa participación de nuestro país el 7 de julio de 2017. A pesar de la aprobación del tratado, su entrada en vigor dependía del proceso de ratificación soberano de al menos 50 estados miembro, lo cual implica un activismo de los estados impulsores, como México, para conseguir su entrada en vigor. Gracias al trabajo diplomático de muchos países aliados, celebramos la entrada en vigor del tratado a partir del depósito del Instrumento de Ratificación por parte de Honduras, gracias al cual el tratado entrará en vigor en enero de 2021.

La puesta en marcha del TPAN implicó un activismo internacional de sus principales impulsores, entre ellos México, quien fue el cuarto país en depositar su instrumento de ratificación, el 16 de enero de 2018. Se debe mencionar que el esfuerzo diplomático de México en esta causa es uno de los más grandes orgullos que poseemos, mismo que ha sido ampliamente reconocido, al menos desde la firma del Tratado de Tlatelolco. La actual administración reconoce y refuerza dicha convicción con la ratificación del mencionado instrumento.

La entrada en vigor del TPAN es de la mayor relevancia, ya que constituye un parteaguas en el noble ideal de tener un mundo sin armas nucleares. Si bien hasta antes de la entrada en vigor se estimaba que cualquier uso de las armas nucleares sería violatorio del Derecho Internacional Humanitario, antes del TPAN no existía una ley que expresamente lo prohibiera. Este instrumento complementará y fortalecerá el régimen de no proliferación y desarme nuclear existente, cuya piedra angular es el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), gracias a la existencia de esta nueva normatividad internacional. La prohibición de las armas nucleares es un paso precedente a su eliminación, tal como se ha hecho con los otros tipos de armas de destrucción masiva. Por ejemplo, en el caso de las armas biológicas y químicas, la existencia del instrumento que prohibiera expresamente su existencia sirvió como el catalizador para que los estados se unieran a la prescripción, debido a la gran presión internacional ante la norma establecida en contra de éstas.

 

El énfasis en la solidaridad internacional de la actual administración, así como la renovada vocación multilateral encabezada por el canciller Marcelo Ebrard, han permitido que México continúe reforzando su liderazgo diplomático hacia algunas de las causas más urgentes y nobles de la humanidad. Sabemos que la entrada en vigor del Tratado no es el final, sino el principio del camino hacia su universalización. México realizará esfuerzos para que cada vez más Estados se adhieran a este instrumento en favor de la paz y seguridad internacionales. El apoyo mayoritario a una prohibición de las armas nucleares creará las condiciones políticas en la opinión pública necesarias para su abolición final.

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