La decisión de Donald Trump de clasificar al fentanilo como arma de destrucción y la creciente amenaza de actuar contra los cárteles fuera de su territorio, responden a una nueva estrategia para combatir la crisis generada por el narcotráfico, considerado como una de las principales amenazas de seguridad nacional, lo que se evidencia al habilitar también herramientas legales, militares y de inteligencia, propias de escenarios de guerra irregular.
Los cárteles ya no son vistos por Trump únicamente como organizaciones criminales, sino además como actores transnacionales hostiles, comparables al terrorismo. Ese giro conceptual abre la puerta a sanciones extraterritoriales, operaciones encubiertas y, en el límite, acciones unilaterales justificadas como defensa nacional.
La demostración práctica de esta doctrina trumpista ocurre en el Caribe con Venezuela. El cerco militar, la amenaza de intervención, el hundimiento de 25 presuntas narcolanchas, que han arrojado una centena de muertos, así como el bloqueo económico es un claro mensaje a la región.
México no es la excepción. Los señalamientos constantes de que cárteles mexicanos producen y trafican el fentanilo que mata a cientos de miles de estadunidenses cada año, colocan al país en una posición particularmente vulnerable. Pero la presión no se ejerce sólo sobre el gobierno de Claudia Sheinbaum dentro del ámbito civil, sino de manera directa sobre las Fuerzas Armadas, a las que se les exige demostrar control efectivo del territorio, del espacio aéreo y de los mares.
Al Ejército y la Fuerza Aérea se les demanda negar espacios físicos y logísticos a los cárteles, cosa que tras hacer a un lado la estrategia de abrazos, no balazos, le ha permitido avanzar en este rubro. Falta mucho y así lo reconoce el secretario de la Defensa, Gral. Ricardo Trevilla, pero hay avances; a la Marina le corresponde cerrar rutas marítimas, puertos y litorales que Washington considera clave para el tráfico de precursores químicos, armas y drogas. El estándar ya no es la cooperación, sino el resultado medible. Cada vacío operativo es un pretexto a la narrativa de Trump, de incapacidad o permisividad.
En este contexto debe leerse la decisión de la presidenta Claudia Sheinbaum de solicitar al Senado la autorización para el ingreso a México de 29 elementos de fuerzas especiales de la Marina de EU, incluidos 19 Navy SEAL, para ejercicios de capacitación conjunta con la Armada de México. No es un gesto aislado ni menor; es una señal política cuidadosamente calculada.
Por un lado, el gobierno busca contener la presión estadunidense mostrando disposición a cooperar dentro de cauces legales y bajo control institucional. Llevar el tema al Senado y enmarcarlo en un acuerdo bilateral permite sostener el argumento de soberanía y reciprocidad, al menos en el plano formal.
Por otro lado, el mensaje de Sheinbaum hacia Washington es claro: México no es un obstáculo, pero tampoco un territorio disponible. Sin embargo, el riesgo es evidente. En un entorno donde EU normaliza el uso de fuerza extraterritorial y amplía el concepto de amenaza, la cooperación puede transformarse rápidamente en exigencia. Es decir, lo que hoy se presenta como capacitación excepcional puede mañana convertirse en un nuevo mínimo aceptable, y después en una presión para ampliar presencia, inteligencia compartida o influencia operativa, civil o militar. De acuerdo con la visión de Trump, el gobierno de Sheinbaum debe enfrentar al crimen organizado con resultados reales y sin margen de error.
* El senador Adán Augusto López cerrará 2025 sin sobresaltos. La FGR no hará nada en su contra, al menos en lo que resta del año, pese a que existen denuncias en su contra. El PAN lo ha señalado por presuntos vínculos con La Barredora; el PRI presentó denuncia ante el FBI y la DEA, por posibles delitos de huachicol; y hay además señalamientos por desvío de recursos sustentados en observaciones de la ASF. Aun así, con gorro de Santaclós, dispuso de mil 894 mdp que, de acuerdo con legisladores de oposición, fueron ejercidos de manera discrecional, sin rendición de cuentas clara.
DE IMAGINARIA
El pasado 16 de diciembre se llevó a cabo la Ceremonia de Toma de Posesión del Cargo y Protesta de Bandera del General de Brigada de Estado Mayor, Marco Antonio Gómez Nava, quien asumió el cargo de Dir. de la Escuela Superior de Guerra. Enhorabuena.
