Disciplina militar
¿Algún gobernador, un presidente municipal, un fiscal? ¿Quién más se refugiará en otro cuartel del Ejército o de la Guardia Nacional?
El incidente ocurrido el pasado 18 de mayo, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde cinco personas murieron en una supuesta ejecución extrajudicial a manos de soldados, provocó el encarcelamiento de 16 de ellos por delitos contrarios a la disciplina militar.
¿A qué se refieren las autoridades civiles con disciplina militar? Si bien las Fuerzas Armadas tienen el deber de cumplir una serie de responsabilidades y funciones establecidas en la Constitución y otras leyes, tales como defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación, así como garantizar la seguridad y el bienestar del país, además de salvaguardar el orden constitucional y contribuir a mantener la estabilidad y la paz y auxiliar a la población civil en casos de desastre, es un hecho que en tareas de seguridad pública no están entrenados, se les prepara para la defensa y el ataque. En ningún otro país del mundo los soldados hacen funciones de policías municipales ni se dejan matar. ¿Hasta cuándo lo entenderán los gobernantes y legisladores? Por lo pronto, esperamos que haya un juicio justo para estos 16 militares.
México vive uno de sus peores momentos en materia de seguridad. La disputa de los cárteles para la distribución, venta y tráfico de drogas y armas ha desbordado la violencia en los 32 estados. Tan sólo en 2022 dejó una cifra de 31 mil homicidios dolosos y en lo que va de este año ya supera las 12 mil 600 muertes violentas.
Esta situación no sólo ha alcanzado al ciudadano de a pie, también a funcionarios, como es el caso de la presidenta municipal de Tijuana, Montserrat Caballero Ramírez, quien, ante las amenazas y el asedio del crimen organizado, decidió cambiar su residencia a un cuartel militar.
La alcaldesa vive junto con su hijo en el 28 Batallón de Infantería, por recomendación directa de la Guardia Nacional. La decisión, en palabras de ella, fue tomada no únicamente por las amenazas, sino también por el atentado que sufrió el pasado 17 de mayo, cuando un grupo armado disparó en contra de su equipo de avanzada.
La funcionaria enfrenta la venganza de grupos criminales y vive con temor ante la indiferencia de las autoridades de los tres niveles de gobierno, mismas que están más atentas y entretenidas con el tema de la sucesión y las precandidaturas, restando importancia a la seguridad no sólo de Tijuana, sino de todo el país.
Diariamente en todo el territorio nacional son asesinadas más de 90 personas, en tanto otras más son desaparecidas o secuestradas. Una pregunta ya se ha hecho común y hasta normal: ¿Quién sigue? ¿Algún gobernador, un presidente municipal, un fiscal? ¿Quién más se refugiará en otro cuartel del Ejército o de la Guardia Nacional? ¿Y los ciudadanos, dónde se resguardan? En este sexenio se han registrado 150 mil asesinatos dolosos y más de 42 mil personas desaparecidas, de acuerdo con los reportes oficiales.
* En Quintana Roo, la gobernadora Mara Lezama está pagando cara su novatez en materia de seguridad pública. Primero nombró a Manelich Castilla como responsable, pero no pasaron dos días y lo removió del cargo. Hoy cuenta con un secretario inexperto y el crimen organizado parece controlar el estado. Poco a poco va dejando de ser el paraíso y joya del turismo para convertirse en el paraíso del crimen. Quintana Roo es actualmente la segunda entidad más violenta del país, sólo por debajo de Colima. A diario ocurren asesinatos en puntos turísticos como Cancún, Cozumel, Isla Mujeres, Tulum, Playa del Carmen o Chetumal.
DE IMAGINARIA
* Importante el tema de seguridad de las corcholatas una vez que salgan a promoverse, de cara a la encuesta final. Sería desastroso que se repitiera el caso de Luis Donaldo Colosio.
Omar García Harfuch y su equipo serán pieza clave para la seguridad de Claudia Sheinbaum, mientras que Marcelo Ebrard cuenta con el apoyo de un capitán del Ejército, entrenado por el extinto Estado Mayor Presidencial. Adán Augusto hace lo propio con personal de la SSPC de Rosa Icela Rodríguez.
