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Inconformidad en Pemex

Martín Espinosa

Martín Espinosa

Cerca de mil 200 trabajadores pertenecientes a la Sección 35 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) realizan desde ayer movilizaciones y un bloqueo a los pies de la emblemática Torre de Petróleos, sobre la avenida Marina Nacional, en la Ciudad de México. 

 

Los “asesores” del Presidente, a los que el inquilino de Palacio Nacional “escucha” y que cada vez son menos, le han hecho creer que todo se circunscribe a “un tema de plazas” que han sido congeladas por el actual gobierno bajo el argumento de la “austeridad republicana” que se aplica desde hace más de tres años en muchas áreas de la administración pública, con la consecuente pérdida en la calidad de los servicios públicos que, a fin de cuentas, “financiamos” todos los mexicanos. 

 Sin embargo, la realidad es otra y muy lamentable. El aumento de las protestas de los trabajadores de dicho sindicato refleja una constante en el sector: el hartazgo ante la negativa de la administración actual a respetar el actual Contrato Colectivo de Trabajo (CCT). 

 La organización gremial acusa que existen más de cinco mil violaciones en materia de seguridad e higiene a dicho contrato que ponen en riesgo tanto a los trabajadores como a las instalaciones de la empresa. En los últimos años, los trabajadores utilizan dinero de su salario para adquirir equipo de protección personal, además de que, debido al congelamiento de plazas, se ven obligados a cubrir dobles y hasta triples turnos, con el consecuente desgaste físico que ello implica en actividades que son consideradas de alto riesgo y sin ninguna prestación adicional. 

Hasta la tarde de ayer, un contingente de cinco personas entró a las instalaciones para reunirse con funcionarios de la paraestatal que encabeza Octavio Romero Oropeza a fin de “destrabar” el conflicto. 

 LAS VIOLACIONES AL CCT 

Lo que argumentan los líderes de la Sección 35 que agrupa a los trabajadores de Tula, Hidalgo y Azcapotzalco, en la CDMX, y que encabeza Rigoberto Ramírez, es que hay incumplimiento por parte de la empresa en la entrega de ropa de trabajo, calzado y equipo de protección personal, lo que pone en riesgo la integridad física de los trabajadores. 

 Los servicios de salud se encuentran en lamentable estado, faltan médicos, no hay suficientes enfermeras, no cuentan con insumos médicos ni con medicamentos en farmacia. 

 Recientemente, al iniciar la temporada de lluvias en el país, se registró la inundación en las instalaciones del Hospital Central Norte de Petróleos Mexicanos, ubicado en Azcapotzalco (CDMX), con el peligro que esto conlleva para la seguridad e higiene de los pacientes que acuden a recibir atención o los que están internados por algún padecimiento. La falta de mantenimiento también se presenta en diversas instalaciones de la empresa petrolera del Estado, lo que, además de poner en riesgo a la plantilla laboral, afecta los volúmenes de producción de petróleo y de gas. Una situación que obstaculiza los planes del gobierno de López Obrador para alcanzar la meta de la autosuficiencia energética. 

 Los agremiados al STPRM también han padecido la suspensión del otorgamiento de prestaciones contenidas en el CCT desde 2018, tales como créditos hipotecarios. En este sentido, destaca el congelamiento de plazas desde hace dos años, con lo que se impide la cobertura de plazas vacantes y de ausencias temporales. Las instalaciones industriales cuentan con una plantilla para su operación confiable. Se obliga al personal a laborar dos o tres turnos adicionales, lo que pone en riesgo a todo el personal debido a que el cansancio aumenta el riesgo en las operaciones. 

 De tal forma que no es como quieren hacerle creer al Presidente que se trata de “un tema de plazas”. El problema es más de fondo. Es la inconformidad de los trabajadores de Pemex ante el deterioro paulatino de sus fuentes de empleo. 

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