El futuro del agua
Con 11 años y medio al frente de uno de los sistemas de aguas más complejos de todo el país, el de la Ciudad de México, el ingeniero Ramón Aguirre Díaz dirá adiós en diciembre próximo al organismo que dirigió y le tocó encauzar desde el gobierno de Marcelo Ebrard ...
Con 11 años y medio al frente de uno de los sistemas de aguas más complejos de todo el país, el de la Ciudad de México, el ingeniero Ramón Aguirre Díaz dirá adiós en diciembre próximo al organismo que dirigió y le tocó encauzar desde el gobierno de Marcelo Ebrard al frente del gobierno de la capital del país, pasando por todo el lamentable sexenio de Miguel Ángel Mancera, a quien poco le importó la política hidráulica de la CDMX, como muchas otras.
Una dependencia de 11 mil 500 trabajadores, entre técnicos-operativos y administrativos, que es la encargada de garantizar la dotación de agua a casi 10 millones de habitantes, más todos aquellos que llegan a trabajar diariamente a la capital provenientes de la Zona Metropolitana del Valle de México y que desde hace varios años sufre rezagos importantes, principalmente en lo que se refiere a inversión de recursos financieros.
Si pudiéramos resumir en unas cuantas cifras la última década del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), podríamos decir que siempre se hizo “lo más con lo menos”. Quienes tomen la estafeta a partir del próximo 5 de diciembre, encabezados por Rafael Carmona, como parte del nuevo equipo de Claudia Sheinbaum, tendrán el reto de seguir aumentando la inversión con la finalidad de cumplir con dos prioridades: Disminuir el número de fugas que padece la vetusta red de distribución de la capital y seguir con los programas de ahorro de agua por parte de los consumidores. En esta administración que se va se logró reducir en 15% en promedio en cada hogar el consumo del líquido en la ciudad, pero aún falta bajar otro 25% en el corto plazo.
Repleto de “sorpresas”, como lo define Aguirre, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México ha tenido que lidiar con la falta de inversiones que genera infinitas fallas que hay que “resolver” todos los días para generar millones de litros que llegan tanto del viejo Sistema Cutzamala (70%) como de los propios pozos de la ciudad (25%), que han provocado la extracción galopante del agua del subsuelo, acelerando el hundimiento que registra la capital, lo que ya empieza a colapsar colonias completas, así como infraestructura vital para el Valle de México, como es el Sistema de Transporte Colectivo Metro o las instalaciones de las terminales 1 y 2 del viejo Aeropuerto Internacional.
Diariamente, el abasto de agua para la Ciudad de México es de hasta 35 metros cúbicos por segundo, de los cuales casi 3 metros cúbicos por segundo se pierden en fugas por lo viejo de la red, aunado a los hundimientos que registra la capital. Dicho abasto está garantizado hasta 2019 y para poder asegurar el suministro para los próximos 30 años se requieren, por lo menos, cerca de 300 mil millones de pesos.
Un dato demoledor es el siguiente: En México, 7 de cada 10 habitantes viven en una ciudad. Las proyecciones demográficas para los próximos 25 años indican que continuará un incremento sostenido de las zonas urbanas, y con ello, el riesgo de mayores problemas de acceso y abastecimiento de agua, situación que ya afecta a 38 urbes del país, entre ellas la Ciudad de México.
Ya lo decía la jefa de Gobierno electa de la CDMX, Claudia Sheinbaum, a principios de año durante un foro sobre Agua en la UAM Iztapalapa: “La falta del líquido no se puede seguir resolviendo como se ha hecho en los últimos 20 años. La carencia de abastecimiento se ha incrementado a niveles graves... Antes, estaba focalizado en delegaciones como Iztapalapa o la parte alta de Tlalpan, pero ahora la crisis llegó a Azcapotzalco, Benito Juárez y zonas de Cuauhtémoc”.
Otro enorme reto para la administración que arranca en diciembre próximo.
