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¿Una película de desastre o un desastre de película?

Lucero Solórzano

Lucero Solórzano

30-30

Entiendo que la tecnología actual hace que los realizadores se vuelvan locos produciendo películas de secuencias alucinantes en las que los efectos especiales sin un buen guión sólo redundan en una mala película. ¿A quién le importa lo que pasa en la historia si está llena de explosiones, estridencias, los protagonistas se zarandean peligrosamente ante el vacío, las llamas abrasan cuanto encuentran a su paso, los malos son bien malos y los buenos son muy, pero muy buenos? Pues no, señores, importa y mucho, ya que, insisto, marca la diferencia entre una buena y una mala película.

Es lo que le pasa en Rascacielos. Rescate en las alturas (Skyscraper, Estados Unidos, 2018) escrita y dirigida por Rawson Marshall Thurber con un guión tan hueco que ni siquiera se necesita que el “héroe” sea buen actor: Dwayne Johnson-La Roca, para quien resulta imposible entablar una conexión emocional con el espectador.

Johnson es Will Sawyer un agente de operaciones especiales que participa en rescates de rehenes al que conocemos en una misión que acaba mal. Años después ha instalado su propia empresa de seguridad, está casado con Sarah, Neve Campbell, que tiene buenos momentos, y tienen dos hijos. Son la familia perfecta.

Will es contratado para auditar los sistemas de seguridad de un impresionante rascacielos de 240 pisos ubicado en Hong Kong. Lo que el propietario quiere es que Will dé su visto bueno para poder abrir la mitad superior del edificio de 1,066 metros, bautizado como La Perla. Pero un sofisticado comando de malosos hará todo lo posible por obstaculizar su trabajo.

Rascacielos. Rescate en las alturas está muy emparentada con Infierno en la Torre de aquellos lejanos años setenta y también con la serie Duro de matar de los ochenta, sobre todo ésta última, pero dista de emocionarnos y mucho menos de engancharnos con la aventura de los personajes.

Está poblada de lugares comunes del género y secuencias que hemos visto hasta el cansancio, que además lucen muy impresionantes por las nuevas tecnologías, pero que, curiosamente, resultaban más efectivas y creaban mayor suspenso en los setenta y ochenta con todo y lo limitado de sus recursos. El gran problema de esta película es el guión.

Todo gira en torno a una familia que se ve atrapada en un espectacular incendio en este edificio gigantesco. Hacen falta más líneas narrativas, otros personajes en riesgo, además, Dwayne Johnson es tieso, siempre tiene la misma expresión. Aún con su físico impresionante no convence y carece de complicidad con Neve Campbell. Los personajes son planos, no tienen ningún arco, ni los padres, ni los niños, ni mucho menos los villanos.

Rascacielos. Rescate en las alturas se queda en un entretenimiento muy menor resuelto de manera precipitada con el que nunca nos identificamos.

No vale el boleto.

 

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