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Remesas

Juan Carlos Sánchez Magallán

Juan Carlos Sánchez Magallán

En el mundo existen más de 281 millones de migrantes, 48% son mujeres, según un informe del año 2020 de la ONU, cifra equivalente al 3.6% de la población mundial. Estas personas que cambian su residencia original lo hacen para buscar la mejora de sus ingresos económicos y, consecuentemente, de su vida y la de sus familias.

Son los migrantes quienes realizan transferencias de dinero a sus familiares y comunidades de origen. Sólo en Estados Unidos las remesas aumentaron de 126 mil millones de dólares en el 2000 a 702 mil millones de dólares en 2020.

La India, China, México, Filipinas y Egipto fueron los cinco principales países con destino de las remesas; las de la India y China registraron montos superiores a los 83 mil y 59 mil millones de dólares provenientes de Estados Unidos.

La economía mexicana registró en 2021 una cifra total de 51,585.7 millones de dólares en remesas, una cantidad histórica que representa un aumento de 27% respecto del año anterior, que ingresaron 40,605 millones de dólares.

En nuestro país, las remesas registraron un incremento del 17.57% en el primer cuatrimestre de 2022, además, la remesa individual fue de 383 dólares, cantidad superior a la registrada durante el mismo periodo en 2021. Así, nuestra economía recibió, sólo en este periodo, 17,240.09 millones de dólares de ciudadanos residentes en el extranjero.

El número de operaciones financieras pasó de 40.63 millones a 45.03 millones, la mayoría de ellas vía transferencia electrónica. Fue con la pandemia de covid-19 que se registró un aumento importante, pues desde marzo de 2020 se superó por primera vez la cifra de 400 millones de dólares recibidos en territorio nacional.

En Estados Unidos existen 38 millones de mexicanos que, con trabajo cotidiano, realizan la heroica tarea de enviar cantidades importantes a sus familiares en México. El Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla) reportó que son 4.9 millones de hogares y unos 11.1 millones de adultos reciben remesas de sus parientes que radican en el país del norte.

Estas importantes sumas de dinero constituyen la segunda fuente de divisas de nuestro país, sólo después de las exportaciones automotrices, por cierto, ahora con problemas serios de suministro de partes eléctricas (censores, softwares, etcétera) por la pandemia, que inundó a 30 ciudades chinas, suspendiendo, de tajo, todas las exportaciones de ese país a México y al mundo.

Ahora bien, sabemos de la importancia de los flujos económicos del exterior para fortalecer la economía de millones de hogares y familias mexicanas, imaginemos la desgracia que vivieron los habitantes de Cuba por el bloqueo económico de Estados Unidos a la isla. Pues bien, gracias a la presión que ejerció el presidente Andrés Manuel López Obrador de no asistir a la Cumbre de las Américas por no haber invitado a los presidentes de Venezuela, Nicaragua y Cuba, es que el canciller Marcelo Ebrard desplegó sus habilidades diplomáticas para decir y poner las cosas en su estricta dimensión, desde el llamado a la integración regional para enfrentar retos comunes, como la guerra, la inestabilidad alimentaria y energética, la migración, además de reiterar el compromiso asumido con el presidente Biden para regularizar a 11 millones de mexicanos migrantes que no pueden regresar a nuestro país.

Estados Unidos oficializó el levantamiento de restricciones al envío de remesas y de los viajes grupales a la isla de Cuba —que, por cierto, tiene una gran infraestructura hotelera en La Habana y Varadero—, medidas adoptadas por el grotesco expresidente Donald Trump, que tanto insultó a México y a los mexicanos. De esta manera, la economía del pueblo cubano se fortalecerá como, sin duda, la de México. ¿O no, estimado lector?

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