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Equidad de género (I)

Juan Carlos Sánchez Magallán

Juan Carlos Sánchez Magallán

Hoy es el Día Mundial contra la Violencia hacia la Mujer, el tema es relevante por su natural empoderamiento, que celebro, y por su trascendente participación en la vida de todos. En Estados Unidos surgió, en 1960, el movimiento feminista reclamando equidad, al negarse una modista de color a ceder su asiento en el autobús a un hombre blanco. El sincretismo cultural y religioso que obstaculizó su desarrollo. Fue el control de la natalidad lo que permitió planear su edad adulta, escoger su actividad profesional ganando espacios en el campo laboral como profesionistas.

Las mujeres, a diario, realizan esfuerzos agotadores para ser madres responsables, al llevar comida a casa y educar a sus hijos, pues en nuestro país 20% tiene un hijo antes de los 20 años. Después de realizar su trabajo doméstico, salen a trabajar en un transporte y movilidad que les roba cuatro horas al día, sufren acoso laboral, regresan a casa, donde puede existir violencia intrafamiliar, incrementada por el aislamiento social, consecuencia de la pandemia del covid-19. En un contexto de fragilidad, conflictos y emergencias imprevistas enfrentan una justicia en la que no confían, viven embarazos no deseados por incesto, violación o descuido, poniendo en riesgo su vida; sufren despidos injustificados, duermen poco, trabajan mucho y su salario es precario.

La Organización Mundial de la Salud reportó en 2010 que 1,000 mujeres mueren al día por complicaciones prevenibles del embarazo y del parto y que más de 60 millones de niñas eran forzadas a casamientos antes de cumplir los 18 años.

El Censo Mundial de 2020 registró que son tres mil 811 millones de mujeres, se calcula que 100 millones se casaron antes de los 18 años, cada año, 14 millones de adolescentes son madres. Se estima que entre 100 y 140 millones de niñas y mujeres viven actualmente con las consecuencias de mutilación genital, y que tres millones de niñas corren el riesgo de esa práctica todos los años, según ONU Mujeres.

El Inegi registró 64.4 millones de mujeres; 20 millones trabajan formalmente, se casan, en promedio, a los 25 años, con dos o tres hijos; 33 de cada 100 mujeres entre 15 y 54 años son madres solteras. De éstas, el 11.2% son divorciadas, el 33.5%, solteras, el 44.6%, separadas, y el 10.7%, viudas.

En este contexto, todos los días realizan esfuerzos para ser madres responsables, llevar comida a casa y educar a sus hijos.

Los feminicidios no son casuales; el machismo transcultural, el exceso de drogas y alcohol que inundan a amplios sectores de la sociedad, carentes de valor, son las causales.

Los códigos de conducta, los cuales han mutado como resultado de una economía feroz y brutal que avasalla a millones de personas al eliminar fronteras para permitir flujos rápidos de personas y mercancías; los movimientos migratorios escalados, así como los riesgos en el tránsito de las personas, los millones de trabajadoras expuestas por los precarios salarios que dejaron las políticas neoliberales de antaño, la creación de grandes maquiladoras y la figura de contratación del outsourcing tienen a miles de personas con trabajos precarios y sin seguridad social. Todas ellas viven con escasas monedas en sus bolsas, las cuales sólo alcanzan para su transporte deficiente y para medio comer; de ahí el calvario de llevar algo a sus hogares.

Es la economía la que no ayuda a generar condiciones propicias para la dignidad y decoro de las mujeres y la seguridad pública que no las alcanza y cobija.

Las mujeres se han empoderado con espacios y leyes que las protegen, se han incorporado a niveles laborales de dirección de instituciones públicas, privadas, legislativas, sociales y organizaciones mundiales. Mucho ha mejorado su situación, sin embargo, falta mucho camino por recorrer. ¿O no, estimado lector?

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