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The Power

Joselo

Joselo

CrockNICAS MARCIANAS

Y un día las mujeres adquirieron un poder muy especial. Sucedió en distintos lugares del mundo al mismo tiempo. A una joven, que podría haber sido la primera, le llegó cuando su padrastro estaba abusando de ella sexualmente. Sintió en sus manos una energía que no había sentido nunca, una carga eléctrica que se transfirió a quien la estaba lastimando. El padrastro no sabía qué estaba pasando, y no lo sabría jamás. Quedó electrocutado. El nuevo poder de la joven podía hacer mucho daño, incluso matar, como lo hizo esta primera vez. Su madrastra, quien hacía oídos sordos en otro lugar de la casa cuando el padrastro la violaba, no entendería lo que había sucedido. Seguramente la meterían a la cárcel por haberlo electrocutado, mejor huir, rápido, antes de que alguien se dé cuenta del regalo tan poderoso que le habían dado.

En otros lugares del mundo estaba pasando lo mismo. Las mujeres estaban volviéndose poderosas debido al inexplicable fenómeno. Un joven tuvo oportunidad de fotografiar, por primera vez, cuando un grupo de mujeres hacían uso de su poder. Se convirtió en el testigo, el reportero de un nuevo movimiento a escala mundial: las cosas estaban cambiando.

Al principio se consideró una enfermedad, y como tal fue tratada. Los hombres comenzaron a tener miedo, así que decidieron controlar (o intentarlo) a las mujeres, no fuera a suceder una tragedia, que amanecieran muertos, electrocutados en su cama después de irse a dormir.

En Estados Unidos se crearon campamentos de verano para instruir a las chicas con su nuevo poder, pero no para utilizarlo, sino para guardarlo y no matar accidentalmente a los niños que las molestaban. Pero las chicas son listas, aprendieron a magnificar su poder, e incluso jugar con él.

La historia que les cuento es el argumento de The Power, de Naomi Alderman, una novela que se publicó hace unos años, 2016, y causó buena impresión en distintos círculos literarios y en lectores. Y como muchos libros que tienen éxito en la actualidad, ya anunciaron que Amazon hará una serie de televisión basada en él, con la participación de la autora, Naomi Alderman, escribiendo historias para expandir el universo que inició en su novela.

La ciencia ficción tiene la virtud de tocar temas importantes de manera tangencial, y de esa forma evita la rigidez del panfleto o del libro de texto. El género es un gran comunicador de ideas, el medio idóneo para difundir teorías, para especular, mostrarnos alternativas, ponernos en la cara algo que no queremos ver, porque estamos cegados. También la ciencia ficción ha sido usada para dar un grito de advertencia, de rabia, de inconformismo e injusticia.

Es por eso que ciertos libros de ciencia ficción se han vuelto clásicos, y son los favoritos de lectores de distintas épocas: Fahrenheit 451, de Ray Bradbury, sobre la censura; 1984, de George Orwell, sobre el totalitarismo; Un mundo feliz, de Aldous Huxley, sobre la manipulación del ser humano; La Naranja Mecánica, de Anthony Burgess, sobre la violencia y el libre albedrío.

Dos escritoras han contribuido a este canon con dos novelas importantísimas: La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. Le Guin, que trata sobre sexualidad, en donde unos humanos han mutado a hermafroditas capaces de cambiar de sexo; y El cuento de la criada, de Margaret Atwood, en donde la narradora nos cuenta cómo un gobierno usa a la mujer como esclava exclusivamente para tener hijos.

¿Ciencia ficción? Sí y no. Algo está pasando a nivel global que está moviendo la balanza injustamente ladeada históricamente hacia el lado masculino. Las mujeres se están organizando. Esta semana surgió el #MeToo en las letras mexicanas. Mujeres levantando la voz ante injusticias pasadas por alto en la esfera cultural y la sociedad en que vivimos, señalando cosas que siempre han estado mal, pero que se consideraban bien o simplemente se silenciaban por miedo.

Creo en el poder de la literatura para cambiar nuestras mentes, para vivir, todos, en un mundo mejor.

 

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