Periodismo: registro inmediato de la acción en el contexto social

En el hábitat periodístico hay un nuevo trasvase que de lo político trasminó a lo social: fijaciones, inconformidades (con o sin sustento), reprimendas y hasta agresiones que se materializan por seguidores, adeptos o adoctrinados constituidos como brazos inquisidores.

La negociación del conflicto, metáfora de la nostalgia y el resentimiento (29 de diciembre de 2018) consideró que la información periodística “nos presenta un país que viaja al futuro permanentemente viendo por el retrovisor”; Desde la fábula de la zarza no existía pueblo sabio (24 de febrero de 2019) explicó que los ejes para compartir el bosquejo político “deben ser innovadores, creativos y funcionales para conformar un método de comprensión narrativa ante el alud temático en las conferencias de cada mañana versus el verdadero acontecer trascendente institucional, gubernamental, social, nacional e internacional”. 

El periodismo, garantía inalienable de libertad de pensamiento y expresión (22 de junio de 2019) afirmó que, en cuanto a libertad de pensamiento y expresión, “no contar con espacios, aniquila la existencia del otro”. Y si bien hay “Nuevos paradigmas, alternativas periodísticas” (28 de septiembre de 2018), lo que actualmente gravita es el axioma del periodismo como garante de la libertad de pensamiento y expresión al ser registro inmediato de la acción en el contexto social.

El periodista encarna las naturales inclinaciones del humano —en convivencia social— de curiosidad (aprender) y de compartir (comunicarse), convalidando “registro” como función de examinar, transcribir, poner, anotar, inscribir, contabilizar, grabar, marcar o presentar. Principio que desde la academia se sustenta en conocimientos procedimentales, metodológicos, teóricos y éticos; en el entramado social como factor de vinculación comunicacional; aunque, para otros, son “inconvenientes”, “metiches”, “problemáticos”, obstáculo para complicidades o fines sectarios.

Lo “inmediato” es requerimiento de lo más próximo en tiempo y espacio. Desde la ciencia obligó a la interdisciplinariedad, en el tejido social a la inmediatez informativa con sus vicisitudes, y en las organizaciones públicas y privadas, la necesidad de configurar estrategias de reacción, respuestas para posibilitar su permanencia.

La “acción”, núcleo del periodismo, se desenvuelve en tres líneas: acción natural como el conjunto de cosas que existen, que se producen o modifican sin intervención del humano; acción social como correlaciones personales, según acuerdos compartidos culturalmente, en espacio y tiempo determinados; y acción comunicológica, estudio científico interdisciplinario del periodismo (comunicología) en sus diferentes medios, técnicas y sistemas.

La “acción periodística” atiende sucesos interdisciplinariamente, para el quehacer del reportero: temblor, huracán, incendio, inundación, migración animal, cometas, radiación, clima. La segunda vertiente con predominio de las ciencias sociales y humanidades, atiende: adaptación a entornos, actuaciones de gobiernos y gobernados, producción, distribución y consumo de bienes y servicios, entre otros. Y el tercer componente establece ejercicio de doble giro, cientificidad, el periodismo analiza al periodismo en diversas dimensiones.

El “contexto social” son circunstancias de expresión, difusión, interacción, estructuración y observación de garantías al ser humano, en plenitud de libertad de pensamiento y expresión como fundamento de reconocimiento y principio de convivencia.

Todo lo anterior establece un periodismo cuyo referente no es el culto al personaje o la automática sinergia institucional o empresarial, sino una labor informativa y de opinión basada en la observación, descripción e intercambio, generadora de comunión entre la sociedad, un quehacer profesional que, ante las acciones naturales, sociales o comunicológicas, refleja tres opciones vinculantes: oportunidad, problema o crisis.