Colosio, ¿derecho de marca?

Los políticos mexicanos han recurrido al derecho de marca como alternativa de protección política, estrategia de negocio o prevención ante posible escarnio social. Pero un referente lingüístico, más allá de la intención, tiene un contexto histórico, cultural, ...

Los políticos mexicanos han recurrido al derecho de marca como alternativa de protección política, estrategia de negocio o prevención ante posible escarnio social. Pero un referente lingüístico, más allá de la intención, tiene un contexto histórico, cultural, público y privado.

El sonorense Luis Donaldo Colosio Murrieta registró trascendente trayectoria política a partir de una diputación en 1985 y senaduría en 1988, año en que inició cuatrienio como presidente del Partido Revolucionario Institucional, donde fue el primero en reconocer una derrota electoral, 1989, la gubernatura de Baja California.

En abril de 1992, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari lo incorporó como secretario de Desarrollo Social y el 28 de noviembre de 1993 fue postulado candidato a la Presidencia por el PRI. Y asesinado el 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas, Tijuana, Baja California.

Las narrativas individuales que construyen la trama de un líder social son múltiples y en pocas ocasiones visualizadas desde el acontecer inmediato. En Colosio Murrieta, la calidez de trato, naturalidad de atención –desde el saludo de mano– seguramente fue por aprendizaje educativo familiar. La facilidad discursiva y de debate era nata, desarrollada incluso en la locución y en certámenes académicos. El interés y capacidad de atención a grupos vulnerables reforzado por los conocimientos adquiridos en trayectoria escolar tanto en el país como en el extranjero. El respeto a la democracia plasmado en su inclinación por el acuerdo, la inclusión y el reconocimiento de la derrota como premisa del acontecer democrático.

La defunción de una persona conlleva diversas vertientes de atención, desde la civil con toda la tramitología concerniente hasta la afectiva o espiritual. Cuando Luis Donaldo Colosio Murrieta fue asesinado, tenía dos hijos: un niño de ocho años y una niña de un año, quienes a los casi nueve meses posteriores también perdieron a su madre: cáncer de páncreas.

Luis Donaldo Colosio Riojas creció con familiares maternos y en contacto con los familiares paternos, particularmente con el abuelo Luis Colosio Fernández. Y ésa fue su “primera herencia” considerando la palabra en estricta etimología que remonta al castellano del siglo XI, como derivado del latín: las cosas que están unidas o adheridas. Posteriormente las acepciones del actual español: conjunto de caracteres que los seres vivos reciben de sus progenitores; rasgo o rasgos morales, científicos, ideológicos… que habiendo caracterizado a alguien, continúan advirtiéndose en sus descendientes o continuadores; rasgos o circunstancias de índole cultural, social, económica que influyen en un momento histórico procedentes de otros momentos anteriores. Y, por último, la perspectiva lingüística jurídica: conjunto de bienes, derechos y obligaciones que, al morir alguien, son transmisibles a sus herederos o a sus legatarios.

Colosio Riojas nació en Magdalena de Kino, Sonora (julio 1985), quedó huérfano de padre en marzo y de madre en noviembre del 94; estudió en la Ciudad de México y Monterrey, se casó en julio de 2009 y tiene dos hijos. Su trayectoria política inició como diputado por el distrito IV de Nuevo León por Movimiento Ciudadano en 2018 y desde el 30 de septiembre de 2021 es alcalde de Monterrey, Nuevo León.

Luis Donaldo Colosio Riojas construye pensamientos cuyas argumentaciones incluyen los conceptos del “perdón”, la “reconciliación”, la construcción de futuro a través de rebasar por la izquierda; explica la posibilidad de un cambio generacional social para generar gente buena, solidaria, con responsabilidad hacia el país con participación constante desde el trabajo diario de cada ciudadano y pregona “la importancia del ejemplo a los hijos de lo que se debe hacer”.

Por todo lo anterior, no es casualidad que a partir de la última asamblea del PRI se hiciera mención a Colosio frente a un referente periodístico que colocaba al joven Colosio Riojas en el radar de preferencias hacia las candidaturas presidenciales de 2024. En política, el “debate” es de quien lo necesita.

Y de la misma forma, fieles al intento de inventar nuevas narrativas, también desde Morena se hacen señalamientos a Colosio o el caso Colosio. Lo que pasa es que se dieron cuenta que el “relevo generacional” no lo atendieron, no hay frescura de propuestas, nuevos perfiles o ejemplificación de nuevos líderes.

Temas: