Ante nuevos paradigmas periodísticos: lo colaborativo y lo participativo

El periodismo participativo es la convergencia de testigos parciales de la realidad que intuyen la trascendencia de una acción, la importancia de un cambio o urgen la solución de una problemática y no les consta la totalidad narrativa, no dimensionan la complejidad del acontecimiento, pero reconocen la conveniencia de avisar a un catalizador social: un periodista

El periodismo carecía de principios teóricos propios que cimentaran su evolución y desarrollo, pero las páginas de Excélsior han venido registrando propuestas y cambios. En “Nuevos paradigmas, alternativas periodísticas” (28-IX-2018) se presentaron las tres grandes concepciones actuales en México: una perspectiva lineal, inflexible y unívoca, en un solo sentido; otra, caracterizada por manufacturar multiplicidad de interpretaciones donde predomina lo “relativo”, producto comunicativo moldeado según el cliente o la audiencia destino

Y el tercer paradigma es el periodismo para la vinculación social, presentación de información y opinión desde la conceptualización de lo natural, lo social y lo comunicológico que refleja a la persona en el mundo, el ciudadano en la polis y el encuentro del sujeto con el objeto.

El 28 de diciembre de 2020 se publicó “Periodismo: registro inmediato de la acción en su contexto social” a partir del reconocimiento de un proceso de evolución profesional, consolidación teórica y vulnerabilidad pragmática, donde se ejerce desde la observación, descripción e intercambio para generar comunión entre la sociedad y reflejar tres opciones sociales vinculantes: oportunidad, problema o crisis.

En “Periodismo funcional y periodismo evolutivo” (Excélsior, 22-I-2021) se estableció lo funcional como lo práctico o utilitario, registro de las causas próximas de los hechos, finalidad del acontecimiento y entorno inmediato, con un común denominador: anteponer la utilidad; generado y coordinado desde las bambalinas del poder a través de organizaciones, medios y personas (intermediarios) que invocan el interés público, pero ejercen acciones fuera de la ley, limitando el pluralismo, concentrando decisiones en una reducida élite, minimizando los controles democráticos, las libertades individuales y colectivas, restringiendo los derechos humanos y replicando el discurso oficial.

En tanto, el periodismo evolutivo busca causas remotas para el registro de acontecimientos, el fundamento y origen, la razón, la comprobación o evidencia, así como la independencia o dependencia ante el contexto —tiempo, lugar y circunstancias— lo más ampliamente posible; es incómodo para los políticos, empresarios y todo integrante social contrario a la diversidad, hipersensible a la crítica, incapaz de idear, construir y restituir el tejido social como premisa de identidad nacional, proclive a crear una realidad desde la enunciación y no desde la culminación.

Y ante la decantación de nuevos usos, costumbres, voluntades y ocurrencias de los políticos actuales y la propia sociedad, cabe presentar dos características para realizar la labor periodística toda vez que se ha incorporado “lo colaborativo y lo participativo”. En el primer caso, el trabajo en equipo, mientras que, en el segundo, la intención social de interactuar, participar.

En el periodismo colaborativo cada participante cumple un rol (momentáneo o permanente), desde la fuente original de datos hasta la culminación informativa o de opinión como producto comunicativo: noticia, entrevista… edición… libro… documental.

El periodismo participativo es la convergencia de testigos parciales de la realidad que intuyen la trascendencia de una acción, la importancia de un cambio o urgen la solución de una problemática y no les consta la totalidad narrativa, no dimensionan la complejidad del acontecimiento, pero reconocen la conveniencia de avisar a un catalizador social: un periodista.

Dichas líneas han repercutido de manera más palpable y hasta estridente en el México actual. Con el uso de internet y la normalización de la conectividad, se han modificado las tendencias informativas y de opinión. Para el periodismo colaborativo hay mayor requerimiento de prontitud y difusión y los grupos políticos (propaganda), económicos (mercantil) y sociales lo aprovechan para sur particulares fines. Para el periodismo participativo hay una entrega avasalladora de datos con su correspondiente solicitud de ser transformados en periodísticos y la esperanza de que se generen sinergias de mayor entramado social.

México se encuentra en el último tercio sexenal, con grupos políticos actuando para conservar o arribar al poder, intereses empresariales necesitados de utilidades y una sociedad altamente polarizada, donde el periodismo colaborativo y el periodismo participativo podrán ser oasis en el desierto o cerillo en pastizal seco.

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