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Fentanilo: redes de China a México y EU

Jorge Fernández Menéndez

Jorge Fernández Menéndez

Razones

Ayer, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos tomó nuevas medidas relacionadas directamente con la persecución del tráfico de fentanilo y sus precursores a la Unión Americana, una droga que ha matado a más de cien mil personas en ese país en el último año. No es la primera vez que lo hace, pero en esta ocasión está relacionando no sólo a cárteles, sino a la trama global que maneja ese enorme negocio y que tiene origen en China y que en México ocupa uno de los espacios más importantes del crimen organizado.

Además de ofrecer una recompensa, vía la DEA, de cinco millones de dólares por información que lleve a su captura, el Departamento del Tesoro incorporó a sus listas de narcotraficantes a Chuen Fat Yip y su empresa, Wuhan Yuancheng Gongchuang Technology Co., Ltd.

Chuen Fat Yip encabeza una organización criminal, dice el Departamento del Tesoro, que opera en China y Hong Kong. Trafica fentanilo, esteroides anabólicos y otras drogas sintéticas y controla un grupo de empresas que venden compuestos y precursores químicos de fentanilo al público y a empresas privadas, una de las cuales es Wuhan Yuancheng Gongchuang Technology Co., Ltd. Está asociada directamente con el Cártel de Sinaloa y son los que proveen a esa organización de la droga para su comercialización ilegal en la Unión Americana.

Las empresas de Chuen Fat Yip reciben pedidos por internet de precursores y compuestos, que luego envían a todo el mundo. Chuen Fat Yip también es considerado, dice el gobierno de Estados Unidos, como el más importante productor de esteroides anabólicos a nivel global. Utiliza moneda virtual, como bitcoin, y transferencias de fondos a través de empresas de servicios monetarios y bancos para recibir sus pagos.

El Departamento de Estado, a través de la DEA y en el marco del Programa de Recompensas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, ofrece hasta 5 millones de dólares por información que conduzca a su arresto y/o condena.

El caso de Chuen Fat Yip también se relaciona con otra empresa china de transporte de productos químicos: Shanghai Fast-Fine Chemicals Co., que desde 2019 envía precursores químicos —a menudo etiquetados falsamente— a los grupos criminales en México, en especial el Cártel de Sinaloa, para la producción de fentanilo. Otras empresas sancionadas son Hebei Huanhao Biotechnology Co., Ltd, y Hebei Atun Trading Co., Ltd. La primera, también con sede en China, importa y exporta productos químicos y farmacéuticos utilizados para producir opioides. La compañía ha estado involucrada en la producción de precursores de fentanilo. La segunda también participa en la venta de precursores químicos de fentanilo y en la falsificación de detalles de envío de productos químicos.

El Departamento del Tesoro también designó en su lista al cártel de Los Rojos y a los Guerreros Unidos, organizaciones involucradas directamente en el caso de la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa y escindidos originalmente de los Beltrán Leyva. Los Rojos, dice el Tesoro, es responsable del tráfico de numerosas drogas ilícitas, incluida la heroína, hacia Estados Unidos. Guerreros Unidos, sostiene, expandió su papel en el comercio de heroína y actualmente colabora con el Cártel Jalisco Nueva Generación, con el que comparte las mismas redes de transporte para trasladar drogas a Estados Unidos y lavar dinero en México.

En el libro La nueva guerra, del Chapo al fentanilo, publicado a principios de este 2021, decíamos que en el mundo pospandemia el tráfico de drogas sintéticas, como el fentanilo, tendrá un lugar protagónico. Este opiáceo sintético es mucho más barato para producir; para su consumo se necesitan dosis de menos de dos miligramos, por lo que se pueden hacer miles con apenas unos kilos; se puede producir en cualquier cocina, no huele, su apariencia es la de azúcar glass, y se vende en pequeñas pastillas imposibles de distinguir de cualquier medicamento; las utilidades que deja son geométricamente superiores a las de cualquier otra droga. Tiene un gran inconveniente, mata con enorme facilidad.

El fentanilo es la droga para esta época. A partir de los 80, con la cocaína pasamos de la paz y el amor al Lobo de Wall Street, a la competencia y el individualismo. Era la droga del boom reaganiano, del dios dinero. Las metanfetaminas y las drogas sintéticas fueron, de alguna forma, la droga de la generación X, la del fin del milenio, de la incertidumbre, la de la pérdida de esperanzas post 11-S. Había que escapar.

En el mundo del crimen organizado, que estamos viviendo mientras aún no acaba la pandemia, el fentanilo y otras drogas sintéticas, sobre todo los opiáceos, tendrán un papel preponderante. El fentanilo ya se ha entronizado como la más importante de las drogas ilegales.

Y eso está cambiando todo el mundo del narcotráfico. Mientras se necesita otro tipo de redes para traficar fentanilo, las grandes bandas y pandillas se cebarán, ya lo hacen, mucho más con el mercado interno, se expandirán en el secuestro, el robo, la extorsión, el tráfico de migrantes. Pasaron y pasarán cada día más del control de rutas al control de territorios para imponer esa violencia cotidiana que se ha incrementado en forma constante durante las dos últimas décadas.

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