Logo de Excélsior                                                        

Cuba, el oscuro objeto de deseo de la 4T

Jorge Fernández Menéndez

Jorge Fernández Menéndez

Razones

No sé si el presidente López Obrador sigue pensando que éste es el mundo de los años 60 y 70, de los años de la Guerra Fría. Si ya no se entendía el otorgamiento de la Orden del Águila Azteca en grado de Collar (el más alto existente de esa condecoración) al presidente cubano Miguel Díaz-Canel (en su tercera visita de Estado en cuatro años a México), menos se comprende el anuncio de la creación de un frente internacional de apoyo a Cuba.

“Le ofrezco al presidente Díaz-Canel, dijo el presidente López Obrador, que México va a encabezar un movimiento más activo para que nos unamos todos los países y se defienda la independencia, la soberanía de Cuba. Nada de darle trato de país terrorista o ponerlos en la lista negra de supuestos terroristas: es un pueblo y un gobierno profundamente humano”. ¿De verdad?

Vamos por partes. ¿Por qué condecorar al presidente Díaz-Canel? Supuestamente por el apoyo brindado por Cuba a México durante la pandemia. No sé cuál ha sido ese apoyo. Cuba envió médicos a México, pagados generosamente por nuestro gobierno al cubano, un ingreso que no llegó a los médicos, sino al gobierno que los envía como mercancía. No eran necesarios, pero qué bueno que fueron contratados, como podrían haberlo sido más médicos mexicanos, pagados con el sueldo que se le otorgó al gobierno cubano por ellos (unos 60 mil pesos mensuales, más del doble de lo que reciben los médicos que trabajan en nuestro país en el sector público) o de cualquier otro país del mundo, pero se decidió que fueran cubanos, para darle apoyo a Cuba en un momento de profunda crisis económica y política de ese país, junto con otras medidas, como cancelar la deuda que Cuba tenía con México. No quedó claro tampoco si todos eran médicos (porque no hay registro de ellos) o algunos eran profesionales en otros menesteres.

¿Qué otros apoyos? Pues bien, México le compró a Cuba nueve millones de dosis de la vacuna Abdala, que no está reconocida internacionalmente y que sólo se ha aplicado en ese país, en Vietnam y en Venezuela. La vacuna no ha sido aprobada por la OMS ni por la FDA estadunidense y fue destinada a niños de 5 a 11 años, y en diciembre pasado se comenzó a aplicar como vacuna de refuerzo para adultos. Pero apenas se han aplicado 400 mil dosis, porque la gente desconfía, con razón, de la Abdala, lo mismo que los especialistas que sostienen que esa vacuna no es la adecuada para usarse como refuerzo, porque está dirigida a la cepa original y no protege contra las variantes actuales.

Lo importante es que no estamos hablando de ninguna donación, como sí donó, millones de vacunas, el gobierno de los Estados Unidos, sino de una compra al gobierno cubano de una vacuna que no está certificada internacionalmente y que en el resto del mundo no se ha utilizado. O sea, que hemos condecorado a Díaz-Canel por habernos vendido médicos (sí, porque son objeto de venta, no de contratos personalizados) y vacunas que no tienen mercado.

Pero si eso es incomprensible, lo del bloque proCuba lo supera. El riesgo para México no es que se declare a Cuba como patrocinador de organizaciones terroristas (que desde hace algunos años ya no lo es), sino que los cárteles del narcotráfico mexicano sí sean catalogados en esa categoría. Se olvida que el bloqueo económico a Cuba se ha convertido en una coartada para justificar el fracaso político, económico y social de un gobierno que lleva 64 años ininterrumpidos en el poder. El bloqueo implica que distintas empresas de Estados Unidos no pueden negociar con Cuba, aunque existen numerosas excepciones a ello. Para 2020, por ejemplo, los principales socios comerciales de Cuba fueron Venezuela, China, España, Canadá, Rusia, México, Países Bajos, Italia, Francia, Alemania y los propios Estados Unidos, de acuerdo con cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de Cuba.

Se trata de un autoaislamiento. El fracaso económico absoluto es su propia responsabilidad de una gestión desastrosa en todos los ámbitos, incluyendo la salud y la educación, que en los primeros años de la revolución tuvieron un alto valor como bandera de la misma. Tampoco, como dice el presidente López Obrador, que jamás se ha atrevido a reclamar por el respeto a los derechos humanos en Cuba, se trata de un gobierno humanista. Estamos hablando de un gobierno que en 64 años no ha permitido elecciones, que es gobernado por una casta burocrática endogámica, que no permite ningún tipo de disidencia u organización opositora, ni la más mínima libertad de expresión y que tiene en sus cárceles a centenares de opositores, y más de dos millones de cubanos se han exiliado o emigrado: casi la cuarta parte de la población.

Dice el canciller Marcelo Ebrard que no espera ninguna reacción de Washington por el llamado a crear este bloque de apoyo a Cuba. Al mismo tiempo que López Obrador condecoraba a Díaz-Canel en Campeche, el presidente Biden recibía en la Casa Blanca al presidente de Brasil, Lula da Silva, para trabajar, dijeron, por la democracia y la prosperidad de la región. Si ésa no es una reacción, no sé qué entienden por ella. Con un dato adicional: el intercambio entre México y EU es de 750 mil millones de dólares al año y las remesas suman otros 58 mil millones. El que tenemos con Cuba es de apenas 200 millones de dólares al año.

Comparte en Redes Sociales