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Asesinatos, banqueros y refinerías

Jorge Fernández Menéndez

Jorge Fernández Menéndez

Razones

                Para mis amigos Alfredo Carrillo y Paco Rodríguez
                 por la irreparable pérdida de Susana
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Estamos viviendo tiempos extraños, un mundo raro, cantaría José Alfredo Jiménez, en los que el desgaste informativo, el bombardeo de información cotidiano, no permite siquiera aquilatar la gravedad de algunos temas y decisiones.

La compra de la refinería de Deer Park, en Houston, Texas, es una de esas noticias raras, aunque no sea mala. Pemex compró hace años, durante el gobierno de Salinas de Gortari, el 50% de la misma, aunque la operación la lleva Shell, y de allí provienen muchas de las gasolinas que consumimos cotidianamente. Ahora se pagaron 600 millones de dólares por la otra mitad de la refinería. La operación se realizó argumentando la soberanía energética.

La verdad es que la misma no está en discusión. Pero lo que demuestra la compra de Deer Park es la inutilidad y el gasto innecesario que implica la construcción de Dos Bocas, que costará unas diez veces más que Deer Park, aunque ambas tendrán la misma capacidad de operación, como lo reconoció el presidente López Obrador.

Hace unos años, un grupo de empresarios proponía, cuando el presidente Calderón quiso construir una nueva refinería en Tula, lo que finalmente fue desechado, que por lo que costaba una refinería, aquella de Tula o la nueva de Dos Bocas, se podía comprar toda una cadena de refinerías en Estados Unidos con capacidad para abastecer todo el consumo de México y exportar. No se hizo aquello que proponían Carlos Slim y otros empresarios, argumentando razones soberanas, pero resulta que tan en territorio de la Unión Americana se ubica Deer Park como la cadena de refinerías que se proponía entonces comprar, ya funcionando y a un precio mucho menor que el que requiere construir sólo una nueva refinería como Dos Bocas. Y, paradójicamente, Deer Park lo confirma.

No se entiende que no existan todo tipo de alarmas encendidas por la decisión de la agencia de aviación estadunidense de degradar a categoría 2 el sistema aeronáutico nacional, lo que frenará la posibilidad de crecimiento de las aerolíneas mexicanas en Estados Unidos, al tiempo que ampliará las posibilidades de las líneas aéreas de la Unión Americana en México. ¿Qué implica que nos hayan degradado a categoría dos? Según el propio comunicado de la FAA estadunidense, quiere decir que la aviación civil mexicana carece de experiencia técnica, de personal capacitado, de antecedentes de mantenimiento, de procedimientos de inspección y/o de resolución de problemas de seguridad.

Es gravísimo por la calificación otorgada, pero también porque exhibe la inseguridad que vivimos todos los pasajeros de la aviación civil en el país. Para algunos puede ser un tema menor, para las aerolíneas mexicanas y para el turismo y para todas las fuentes de trabajo que dependen de esos dos sectores, puede ser un golpe mortal si no se logra recuperar a tiempo la calificación. En términos aeronáuticos estaremos entre el puñado de naciones que no son confiables como Venezuela, Nicaragua, Bangladesh, Curazao, Ghana, Malasia, Pakistán y Tailandia. Y todo cuando estamos a menos de un año de estrenar un nuevo sistema aeroportuario en el país con la inauguración del Felipe Ángeles. Los problemas detectados por la FAA estadunidense ponen en entredicho incluso esa misma decisión y la forma en la que opera toda la aviación civil en el país.

Cuando todavía faltaban siete meses para la designación del nuevo gobernador del Banco de México, el presidente López Obrador, en un tono muy parecido al que utilizó Trump para defenestrar a Janet Yellen, de la Reserva Federal, ahora secretaria del Tesoro con Joe Biden, anunció que no se reelegirá a Alejandro Díaz de León como gobernador porque buscará a un partidario de la “economía moral” para sustituirlo.

Para reemplazar a Díaz de León se habla del secretario de Hacienda, Arturo Herrera, o de Gerardo Esquivel, subgobernador del Banxico, propuesto por el propio presidente López Obrador. Los dos podrían garantizar la autonomía del Banco de México, pero en una Junta de Gobierno donde, con la salida de Díaz de León, no quedarían funcionarios con carrera proveniente del Banco de México, alguien como Esquivel, con ya algunos años en la dependencia, podría ser una mejor carta. Pero tampoco Herrera sería malo. Pero, más allá de eso, lo incomprensible es que siete meses antes de que se tenga que tomar esa decisión, se deje tan vulnerable, con un gobernador que se sabe desahuciado, a una institución tan importante como el Banxico, cuando más se la necesita para mantener el equilibrio financiero.

Vamos a la seguridad. El lunes fue emboscado y asesinado el jefe de la policía estatal de Sinaloa, Joel Ernesto Soto, en la carretera Culiacán-Los Mochis, en un contexto de varios ataques armados contra fuerzas de seguridad policiales en Culiacán. El mismo lunes se dio el asesinato de otro alto jefe policial, el subcomandante de la policía municipal de Zacatecas, Juan José de la Rosa Revilla, muerto también por un grupo criminal, lo que provocó una fuerte reacción de los policías locales contra el secretario de Seguridad del estado. Dos respetados jefes de policía en un día y no pasa nada.

Cosas extrañas que ocurren en el mundo raro de la 4T.

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