Gabinete sombra

En sentido diametralmente opuesto, lográsemos proyectar a nuestro país —en los inicios del siglo XXI— como una gran nación que, teniendo condiciones materiales, lograra —además— capacidades políticas para asegurar, desde lo inmediato, la estabilidad democrática, el crecimiento de la economía, la vigencia de los derechos humanos y el indispensable predominio de la ley por sobre cualquier capricho personal o interés grupal.

Esto, decíamos, se podría alcanzar siempre y cuando se terminara con el actual régimen político y se le sustituyera por otro sustantivamente diferente, el cual pusiera énfasis en la democratización del poder político y económico y, por lo tanto, se proyectara en un gobierno de coalición que fuese eficaz para abordar y terminar con esos problemas estructurales que han acompañado a nuestro país a lo largo de su historia.

Al gobierno de coalición lo imaginamos con límites perfectamente establecidos en la Constitución, y controles políticos institucionales que fuesen eficaces para evitar los abusos y cualquier forma de autoritarismo. Pensamos que debería de existir —independientemente de qué partido o coalición gobernará— “un gabinete sombra” que fiscalizara, criticara, revisara las acciones del gobierno, pero que, además, pusiera en la escena pública las propuestas alternativas. Desde luego, se sabe que los gabinetes sombra existen en otros regímenes políticos democráticos y que subrayan al Congreso como ente de control del primer ministro o del presidente, según sea el caso.

Por ello es que sería necesario que, ante la victoria de López Obrador, se pudiera constituir —por la oposición partidaria o por la amplia crítica ciudadana— un gabinete sombra que ejerza un constante ejercicio de vigilancia y un proceso permanente de elaboración de propuestas para la mejoría de la acción del gobierno.

El siguiente listado (sólo un ejemplo de lo que pudiera ser un gabinete sombra) es producto de la imaginación; a nadie he consultado ni preguntado nada, y con su mención sólo tengo el propósito de propiciar una reflexión en el lector acerca de lo estupendo que resultaría el contrastar permanentemente lo que dicen o hacen los funcionarios del oficialismo con las opiniones de otros políticos y ciudadanos que desarrollan su profesión en la empresa privada, la academia, la administración pública, el activismo social y la filantropía.

Aquí vuela, entonces, esta primera parte de un quimérico gabinete sombra que para algunos parecerá ilusorio, y que, sin embargo —con estos nombres o con otros—, se podría convertir en una realidad.

-Gobernación: José Woldenberg, profesor universitario, sindicalista, académico, expresidente del IFE.

-Industria y promoción económica: María A. Aramburuzabala, empresaria.

-Derechos humanos: Angélica de la Peña, senadora y activista.

-Telecomunicaciones y cobertura digital universal: Aleida Calleja, académica y especialista en telecomunicaciones.

-Relaciones exteriores: Cecilia Soto, legisladora, exembajadora y excandidata presidencial.

-Educación: Gilberto Guevara Niebla, profesor y especialista en gestión pública de la educación.

-Medio ambiente: Julia Carabias, profesora, exfuncionaria pública para la protección del medio ambiente.

-Salud. Julio Frenk, médico, especialista en gestión pública del derecho a la salud.

-Desarrollo social, combate a la pobreza, empleo y salario: Salomón Chertorivski, exfuncionario público y promotor del empleo y los salarios dignos.

-Protección y gestión pública de los recursos hidráulicos: Félix Hernández Gamundi, profesor, investigador para el buen uso y cuidado de los recursos hidráulicos.

-Energía: Diego Arjona Argüelles, director del Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias.

-Seguridad pública: Ernesto López Portillo, especialista en temas de seguridad pública.

-Cultura: Jorge Volpi, escritor, profesor e impulsor del desarrollo cultural.

-CFE: Pablo Mulás del Pozo, académico, investigador sobre el tema energético, integrante del Consejo Mundial de Energía.

-Pemex: Fluvio Ruiz Alarcón, doctor en economía de la energía, exintegrante del Consejo de Administración de Pemex y académico.

-Conacyt: Francisco Bolívar Zapata, científico, académico e investigador.