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¿Qué queremos?

Gustavo Mohar

Gustavo Mohar

Para el Dr. Jorge Bustamante,

defensor incansable de los migrantes

 

A lo largo de casi cinco años, he tenido el privilegio de compartir con lectores de esta columna mis ideas, información, preguntas y narrativas sobre tres temas: seguridad, migración y fronteras. Lo he hecho en virtud de que buena parte de mi experiencia profesional durante más de veinte años se concentró en coadyuvar a definir la posición, la política del gobierno mexicano frente al de Estados Unidos y las administraciones centroamericanas en estos temas cruciales con nuestros vecinos del norte y del sur.

En muchas de las pláticas y negociaciones en las que participé la agenda la marcaban los estadunidenses, habían hecho su tarea y se presentaban como un bloque con prioridades claras y precisas; por el lado mexicano no necesariamente era esa la realidad, las diferencias de opinión, de temas y de prioridades entre las dependencias mexicanas adolecían de esa claridad de objetivos y responsabilidades. En una ocasión, la mujer que lideraba la delegación estadunidense me pregunto: “¿Qué es lo que ustedes realmente quieren? Sean más claros y directos”.

Ahora que el tema migratorio ocupa un lugar prominente en la agenda del presidente Biden hacia México y Centroamérica, vale la pena que pensemos en lo que quisiéramos lograr, lo que estamos dispuestos a ofrecer, a comprometer y, sobre todo, a cumplir.

Tan es del interés de Biden este asunto que designó, ni más ni menos,  a la vicepresidenta Kamala Harris como responsable de la interlocución con los gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador (fuente del 90% de los flujos migratorios irregulares) para negociar un entendimiento que permita disminuir de manera sostenida el número de migrantes que viajan hacia su país sin los documentos requeridos.

El presidente Biden dijo que la designó para esta difícil tarea: “por ser la persona más calificada para liderar nuestros esfuerzos con México y los países del Triángulo del Norte, y aquellos que quieran sumarse, ante los retos y riesgos que implica la emigración de decena de miles de personas de esos países hacia la frontera mexicana con Estados Unidos”.

Kamala Harris es la gran novedad en la política de Estados Unidos: la primera mujer vicepresidenta, afroamericana, abogada de formación, senadora por California, donde antes fue electa fiscal general, puesto en el cual se ganó fama por su firmeza al aplicar la ley. Es 22 años más joven que el presidente Biden, lo que ha dado lugar a especular si podría contender por la presidencia en 2024, si el primero decide no buscar su reelección.

 Su fuerte personalidad le ha costado enemistades, así como admiradores. “No se le puede ubicar como una política de izquierda o de derecha, lo que no se le puede negar es su auténtica empatía hacia la gente común y corriente”, dice su biógrafo Dan Morain.

Su nombramiento fue celebrado por los movimientos en favor de los derechos de las mujeres, de la lucha por la equidad de género, por la igualdad de oportunidades y el reconocimiento a que ellas son igual de capaces que los hombres para desempeñar cualquier función, tanto en el gobierno como en el sector privado.

“Si bien soy la primera mujer en ocupar este cargo, no seré la última”, frase con la que hizo patente estar consciente de la importancia del mensaje que ella y Biden envían a las mujeres de su país.

La sensible y compleja encomienda que le ha dado el presidente Biden implicará trabajar con México. Seguro le interesará conocer las respuestas a las siguientes preguntas, entre muchas otras: ¿Qué estamos haciendo en nuestra frontera sur? ¿En la frontera norte? ¿Cuál es nuestra estrategia? ¿Cuánto se ha efectivamente desembolsado con nuestros vecinos al sur de la asistencia económica ofrecida por el gobierno del presidente López Obrador? ¿Qué resultados hemos logrado?

Después que visite la región, ¿recomendará “cerrar filas” con México?

 

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