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Atraer y desarrollar talento (II)

Gustavo Mohar

Gustavo Mohar

La revolución tecnológica no nos deja de sorprender. Cada día se anuncian nuevos descubrimientos que echan por tierra viejos paradigmas en campos tan variados que abarcan desde nuevos métodos, tratamientos y medicinas para prevenir y superar enfermedades diagnosticadas como incurables hasta armas con capacidades destructivas de enorme escala, misiles dirigidos desde una pantalla portátil a miles de kilómetros con una precisión milimétrica.

Máquinas que procesan billones de datos en unos cuantos segundos, que derrotan las mentes más brillantes en el juego de ajedrez, comunicaciones y transmisión de imágenes instantáneas. Es ya un hecho que vivimos en una época de cambios profundos cuyos alcances son difíciles de predecir.

En ese escenario, la disponibilidad de profesionistas con formación de excelencia es parte esencial. En los mercados de trabajo de países avanzados ha tenido lugar una batalla feroz por atraer a decenas de miles de especialistas en innovación y desarrollo en tecnologías de la información, inteligencia artificial, nanotecnología, biotecnología, automatización y control de procesos, digitalización, nuevas tecnologías ambientales.

El caso de Estados Unidos sirve para ilustrar lo arriba expuesto. Se estima que residen en ese país cerca de 650 mil profesionistas extranjeros en la industria de la nueva economía digital, 60% de ellos originarios de la India, se les contrata bajo una visa especialmente construida (denominada H1B) para generar los incentivos que hagan atractivo trabajar en nuestro vecino del norte; su permiso de trabajo incluye a la familia completa, facilidades para naturalizarse, movilidad de trabajo, es decir, si el experto recibe una mejor oferta laboral, puede cambiar de empleador; se estima que el salario promedio de este grupo selecto es de $15 mil dólares al mes.  Un atractivo adicional es el entorno laboral al que se incorporan: son verdaderos hubs o clusters, es decir, áreas donde se concentran no sólo las oportunidades laborales, sino también la interacción, la socialización con profesionistas de múltiples latitudes lo que propicia el ambiente para una permanente educación, transmisión de conocimiento y experiencia, surgimiento de iniciativas empresariales que compiten por una constante innovación. La ley migratoria estadunidense preveía una cuota anual de 65 mil visas que resultó insuficiente ante la enorme demanda del mercado de trabajo; los intereses económicos y la influencia política de los grandes consorcios cabildearon a sus respectivos representantes y senadores solicitando su intervención.

El Congreso, que por años se ha negado a legislar cambio alguno para resolver la situación de millones de migrantes indocumentados, acordó en unas cuantas semanas flexibilizar dicha cuota, lo cual permitió emitir hasta 165 mil visas anuales. A fin de dar preferencia a los especialistas estadunidenses, se promovieron acuerdos entre las universidades y el sector privado, los centros de investigación y el propio gobierno federal, de tal manera que una vez agotada la oferta doméstica, se facilitó la importación de talento extranjero. Por su lado, hace años el liderazgo político en China, que se caracteriza por planear sus políticas públicas con una mirada de largo plazo, decidió convertirse en la potencia mundial de la innovación tecnológica. Dos datos bastan para ilustrar lo anterior: en 2018 había cerca de 50 mil estudiantes chinos en las universidades de Estados Unidos y otros 20 mil en el Reino Unido, la inmensa mayoría de ellos regresarán formados en las especialidades que demandará el futuro; la firma Huawei, fundada en 1987 es un consorcio global con ingresos anuales de 92.5 miles de millones de dólares, desarrolló el sistema operativo G5 con el cual se dará un salto cuántico en las comunicaciones y sistemas de tecnología de la información existentes. 

Esta breve reseña sólo busca proporcionar los elementos básicos para entender las enormes implicaciones que estos cambios tendrán para los jóvenes mexicanos; es una realidad que está en marcha, es un cambio de alcances insospechados, ¿será México capaz de sumarse a esta nueva economía global y competir en ella con éxito?, ¿cómo atraer empresas y profesionistas para generar investigaciones de punta, transmitir su conocimiento a estudiantes y profesionistas mexicanos?, ¿qué podemos ofrecer para competir por ellos?

Nuestra política migratoria y laboral se caracteriza por tener una visión que deja de lado este inédito escenario, en la siguiente entrega propondré algunas propuestas para adecuar nuestras leyes y políticas a fin de no quedarnos atrás de este cambio fundamental.

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