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Respuestas a Trump. El muro (III)

Gustavo Mohar

Gustavo Mohar

Ésta fue una más de las beligerantes declaraciones que le sirvieron para ganar la elección y convertirse en el Presidente 45 de Estados Unidos el próximo 20 de enero de 2017. ¡Qué largo ha sido el proceso y qué lento se siente el que llegue esa fecha! El mundo verá con ojos de asombro, miedo y morbo el momento en que este personaje jure, sobre la Biblia, que va a “preservar, proteger y defender la Constitución de EU, con el apoyo de Dios”. Ya veremos...

Estará rodeado de su familia, que todo indica será un factor relevante en la forma en que gobierne, aspecto que le puede representar un conflicto de intereses, la influencia de nepotismo, aunado a su ignorancia de lo que es gobernar, violentar las leyes y responder vía tuits con amenazas o desacreditaciones viscerales. Por algo la revista The Economist en su reciente número ya lo llama “Rey Donald”.

En contraste, los nombramientos del gabinete parecen consistentes en el sentido de estar formado por hombres y algunas mujeres experimentados profesionalmente, muchos de ellos “peinan canas”, multimillonarios, herederos de enormes fortunas u hombres exitosos en el mundo privado de las finanzas y de la industria. Otros son funcionarios públicos, civiles y militares con largas carreras profesionales.

Lo que más destaca es que todos comparten la visión de que renegociar los tratados comerciales, dudan que sea cierto el cambio climático, quieren desregular la empresa privada, buscan imponer la superioridad de su país en el mundo, consideran pertinente el uso de la fuerza militar y desdeñan las formas tradicionales en que se ha llevado a cabo la política exterior y doméstica de EU durante décadas.

Con ese gabinete, es seguro que México tendrá que negociar, entre otros muchos temas, la construcción del “muro” en la frontera común, responsabilidad que recaerá en dos personas. El primero es el secretario de Seguridad Interna, general John Kelly, quien tuvo a su cargo el Comando Sur del ejército de EU, responsable de América Central y el Caribe (no de México que corresponde al llamado Comando Norte), su nombramiento fue recibido con cautela por organizaciones promigrantes. Ante el Senado de su país dijo: “La migración de niños no acompañados de Centroamérica nos sirve como señal de alarma para comprender que la situación en esos países está empeorando, por ello apoyo el compromiso del presidente Obama de aumentar la ayuda económica a esa región” (misma que por cierto nunca llegó).

Los grupos antiimigrantes también recibieron con beneplácito una de su primeras declaraciones: “estaré dedicado a combatir el terrorismo, recuperar la soberanía que hemos perdido sobre nuestras fronteras (sic), y dejar atrás la corrección política que por mucho tiempo ha dictado la manera de entender nuestra seguridad nacional; lo haré con todo rigor y respeto a las leyes y a la Constitución”.

El segundo nombramiento es el de secretario de Estado. Se trata de Rex Tillerson, quien hasta hoy dirigía Exxon Mobil, la empresa petrolera más grande del mundo; fue otra designación que causó desconcierto. Nadie duda de sus habilidades negociadoras, de su cercanía con el presidente Putin, pero ¿sabrá cuidar las formas, protocolos y sutilezas de la diplomacia? ¿Cómo negociará con Irán, Rusia, China, Corea del Norte, Israel y Palestina? ¿Justificará la construcción del muro con México? ¿Estará de acuerdo en que México y/o los mexicanos paguemos de una manera u otra su construcción? Habrá que recomendarle que revise el siguiente link: http://www.migrationpolicy.org/article/borders-andwalls-do-barriers-dete....

Ambos nombramientos serán clave para: ¿Qué tan factible es construir 2,200 kilómetros de barda? ¿Cuánto costaría? ¿El Congreso le va a autorizar a Trump gastar en ello un estimado mínimo de 15 mil millones de dólares? ¿Le harán ver que la frontera con México ya está “amurallada”?

Hay que suponer que Trump dirá que el muro se construirá, y no dudo que él mismo o un alto funcionario de su gobierno aparezca soldando una lámina de contención o colocando una alambrada o hasta los cimientos de un tramo de la barda. Puede ser que también aumente el número de patrulleros, cámaras y drones, pero ¿el gasto de esos recursos hará diferencia sobre la situación que hoy existe?

En la actualidad el tráfico de drogas pasa por los puertos de entrada, los migrantes se arriesgan más, pero, a pesar de los controles, con frecuencia logran evadirlos, los coyotes suben su precio, el comercio sigue creciendo y necesitarán nuevas garitas, con mejor tecnología para facilitar su cruce.

Hoy tenemos ya indicios de un nuevo problema que se viene: la llegada de miles de haitianos, africanos y más centroamericanos, adultos y menores no acompañados. La dificultad que enfrentan para cruzar o ser recibidos por autoridades de EU para atender su petición de asilo es cada vez mayor y las respuestas son cada día más lentas. Los albergues están rebasados y esa pobre gente deambula en nuestras ciudades fronterizas en búsqueda de un trabajo o ingreso para subsistir. Kelly entiende el problema, la duda es si estará dispuesto a concertar un acuerdo con México para atender las causas que explican la salida de gente de Honduras, El Salvador y Guatemala y ambos países construyan una estrategia de seguridad y desarrollo regional. Ésa es una propuesta concreta que el gobierno mexicano debería hacer.

México debe plantear una visión constructiva sobre la frontera común, una que atienda los verdaderos retos: fortalecer la competitividad regional, mejorar la infraestructura y el uso de tecnología para agilizar el tránsito de bienes, servicios y personas, cooperar para enfrentar la presencia del crimen organizado y el potencial riesgo del terrorismo. Esperemos que la realidad se imponga.

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