Historias de billetes I

En días pasados, el Banco de México (Banxico), el Banco Central de nuestro país, anunció la emisión de un nuevo billete de 500 pesos, que en breve sustituirá al que circula actualmente y que contiene los retratos del muralista Diego Rivera y de la pintora Frida Kahlo, y que comenzó a circular en 2010.

El nuevo billete, ya presentado por las autoridades de Banxico, en su diseño contiene por el anverso una representación gráfica del proceso histórico de la Reforma y la restauración de la República, con la imagen del expresidente Benito Juárez García, y por el reverso, una representación del ecosistema de costas, mares e islas nacionales, así como una imagen de la ballena gris.

Un billete de nueva generación, que como medidas de seguridad contiene la llamada denominación multicolor, que al mover ligeramente el billete, se aprecia que en el número 500, el color verde se transforma en azul; o el hilo dinámico, cuyos elementos al interior de la banda de color verde tienen movimiento propio, o la marca de agua, en donde el retrato de Juárez y el número 500 se pueden observar a contraluz, o el folio, de tamaño creciente, que modifica sus dimensiones con el movimiento, y los  relieves sensibles al tacto, ubicados en el título del Banco de México, en la imagen de Juárez y en el texto “Quinientos Pesos”, así como la llamada fluorescencia, que resalta algunas tintas si el billete se expone a la luz negra.

Impreso en papel algodón, será el primero de una nueva familia de billetes creados por Banxico, que a lo largo de la historia ha emitido papel moneda que por su diseño y estética, incluso han sido galardonados en el mundo entero.

Y ante la singularidad del billete y de su diseño, surge la pregunta: ¿cuándo y cómo comenzó a circular el papel moneda?

Los registros históricos sitúan su aparición en Asia, a principios del siglo VII, durante la Dinastía Sui. Los chinos fueron sus inventores y los primeros en emitir papel moneda, al que llamaban dinero volante, debido a su ligereza y a la rapidez y facilidad con la que circulaba en extensas regiones que cubrían la llamada ruta de la seda.

Marco Polo, 600 años después, en sus crónicas de viaje, en El Libro de las Maravillas, relata su existencia en diversos pasajes:  “La ciudad de Ciangiu Ciangiu, es una populosa ciudad del Mediodía, que pertenece al Gran Khan, situada en la provincia de Catai. Ahí, los pobladores usan papel moneda…”

En otro pasaje, relata que: “...todo el papel moneda es sellado con el signo del Gran Khan. Fabrica gran número de ellos, que puede comprar todos los tesoros de la tierra… Los hace repartir por todas las provincias, reinos y señoríos, y pagan con ellos todas sus cuentas. Todos los mercaderes toman esos papeles en pago de sus mercancías y con ellos se pagan las joyas, oro y plata… Los comerciantes lo aceptan con gran placer, porque con ellas pueden a su vez comprar cuanto quieran…”.

De esta forma, Marco Polo describía y descubría para Occidente, un sistema de comercialización ancestral, desarrollado por los chinos.

Y es hasta 1661, en Suecia, que Occidente adopta este sistema de intercambio para realizar operaciones comerciales. El Banco de Estocolmo, fundado por el cambista Johan Palmstruch, comenzó a imprimir billetes que entregaba como recibos a las personas que depositaban oro y plata para resguardo en su banco. Poco a poco, la comodidad de cargar papel moneda en lugar de monedas, extendió este sistema hacia el resto de Europa y lentamente se sistematizó y reguló su uso hasta convertirse en lo que hoy día conocemos en el mundo entero.

Hoy, los analistas financieros calculan que la oferta global en todo el planeta de billetes y monedas es de cerca de seis billones de dólares, y no hay transacción comercial considerada seria, que se realice al margen de este sistema.

Celebremos, pues, la emisión de este nuevo billete de 500 pesos, uno más en la lista del papel moneda emitido por el Banco de México, el primer billete de la llamada familia G.

En la próxima entrega, hablaremos de las familias de billetes mexicanos, de la historia de sus emisiones y de cómo el Banco de México, a lo largo de cuatro décadas, se ha encargado de regalarnos a través del diseño de nuestros billetes, verdaderas obras de arte.