¿Cuántos años nuevos?
El día de ayer, 31 de Diciembre y como cada 365 días, celebramos en compañía de familiares y amigos la llegada del Año Nuevo, uno más; despedimos al llamado Año Viejo y le damos la bienvenida al Año Nuevo, ciclo novedoso en el que depositamos toda nuestra fe y ...
El día de ayer, 31 de Diciembre y como cada 365 días, celebramos en compañía de familiares y amigos la llegada del Año Nuevo, uno más; despedimos al llamado Año Viejo y le damos la bienvenida al Año Nuevo, ciclo novedoso en el que depositamos toda nuestra fe y esperanzas para que la vida de los seres que amamos sea pródiga en salud y bienestar.
Esta particular celebración, este ciclo temporal, corresponde al Calendario Occidental, también llamado Calendario Gregoriano.
La historia nos cuenta que en 1582, el papa Gregorio XIII sustituyó el Calendario Juliano, hasta entonces utilizado en el Imperio Romano por el dictador Cayo Julio César y cuyo origen se remonta al Calendario Solar, creado en el Antiguo Egipto.
El nuevo calendario, impulsado por el Papa, surgió de las deliberaciones sobre el comportamiento de los astros y de su exactitud para medir el paso del tiempo, lo que llevó a los acuerdos tomados en el Concilio de Trento.
Este nuevo sistema de medición fue promulgado entonces a través de la bula papal Inter Gravissimas (La Preocupación más grave) con la intención de perfeccionar el calendario existente.
De esta forma, se establecieron nuevas reglas para calcular la fecha de la Pascua, lo que dio paso a la creación del Calendario Gregoriano, que lentamente, y no sin resistencia por parte de las iglesias Protestantes de la época, fue adoptado finalmente por el mundo entero.
Hoy, en prácticamente todo el planeta se utiliza de manera cotidiana, y se podría decir que su uso regula la vida económica, comercial y social de toda la humanidad. Es decir, regula la vida seglar del planeta.
Así, lo que tuvo su origen en una visión religiosa del tiempo, cuyo eje fue la vida de Jesús El Cristo, narrada en los Evangelios, se convirtió eventualmente en la medida de todas nuestras actividades.
Sin embargo, la diversidad cultural y religiosa del mundo, nos demuestra que además de nuestra típica celebración de Año Nuevo, existen otras celebraciones, en culturas muy diferentes, que celebran su propio Año Nuevo a partir de sus particulares calendarios y creencias en la fe.
Así, los musulmanes, cerca de 1,500 millones de seres humanos, celebran el llamado “R’as as-Sana” o Año Nuevo, basado en el calendario lunar islámico, que inicia en el año 622 de la Era Cristiana, año en el que el profeta Mahoma huye de la ciudad de la Meca, en Arabia Saudita, hacia Medina, debido a la persecución de sus oponentes.
En dicha celebración, los musulmanes se reúnen en familia, en torno a la mesa para recordar los pasajes y sucesos más relevantes de la vida del Profeta y comparten el Pan Pita, elaborado con harina de trigo, aunque algunos comienzan un ayuno que se llega a prolongar por 11 días consecutivos.
Por otra parte, los judíos, más de 14 millones en el mundo entero, celebran su Año Nuevo o “Rosh Hashaná” durante los dos primeros días del Tishréi, séptimo mes del calendario hebreo. La Fiesta de las Trompetas, según reza el Levítico 23:24, “Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación.” Se celebra y conmemora el día en el que Elohim creó el mundo. Inicia con el sonido del Shófar, cuerno de carnero, tocado al alba, que llama a la meditación y a la plegaria. Se encienden velas y se comparte la mesa dispuesta con dátiles, betabel, ejote, granada, miel y pescado, entre otras viandas.
Y tal vez la celebración más conocida en el mundo, por lo extendido de su comunidad, que abarca más de 1,800 millones de seres humanos, sea la del Año Nuevo Chino del Calendario Agrario, o “Fiesta de la Primavera”, basada en su calendario lunisolar, que comienza en el primer día del primer mes –febrero– llamado Zheng Yué, y que termina 15 días después con el llamado “Festival de los Faroles”, y que en esta ocasión celebrará el año 4717 según el actual calendario chino.
De tal forma, que la celebración de Año Nuevo que conocemos, y de la cual participamos y celebramos la mayoría de nosotros, no es única, es parte de un ritual primitivo, ancestral y milenario, que en cada pueblo tiene diversas tradiciones y adquiere diferentes manifestaciones culturales.
Por mi parte, lectora, lector, le deseo que el 2019 esté pleno de éxito y salud. ¡Felicidades!
