Timbre de alarma
Pero, tarde o temprano, Biden no podrá mirar hacia otro lado y será cuestionado por una sociedad activa, informada y demandante.
Lo logró, sus peripecias han llegado lejos. El autócrata forma parte del debate parlamentario en el vecino país. No se trata de un Estado a miles de kilómetros, como Venezuela ni uno aislado entre los mares. México es un relevante socio comercial que se encuentra justo en la puerta de entrada. Hasta ahora, el papel de policía migratorio que nos han endilgado ha mantenido una tensa calma con EU. Pero debe advertirse que las agencias del otro lado del Bravo han puesto atención en la estrategia de seguridad, basada en tolerar toda acción del crimen organizado, exponiendo a las fuerzas castrenses a grandes riesgos. Prácticamente éstas han tenido que mantenerse a la defensiva.
Pero, tarde o temprano, Biden no podrá mirar hacia otro lado y será cuestionado por una sociedad activa, informada y demandante, que tiene a la vista la connivencia que han entramado el gobierno y los grandes cárteles, propiciando la etapa de mayor crecimiento y consolidación del crimen organizado que se haya visto en nuestro país.
Hay que recordar que antes de Santa Anna, Antonio, fue López, como el que lloró tras haber defendido fallidamente nuestra moneda. La historia deja claro que, entre más se presume de ser paladín de la soberanía, más acaban pagándola caro los mexicanos. ¿Realmente el residente de Palacio sentirá orgullo por ser considerado una amenaza a la seguridad nacional estadunidense, tras haber perdido el control de una parte significativa del territorio?
Él se dice agradecido por ser criticado por Ted Cruz, pero se trata de una dudosa distinción. Al margen de que Cruz sea un personaje polémico, no falló en los señalamientos. Fue más claro y directo que los funcionarios de la CIDH, o de cualquier otro organismo que diga velar por la solidez del estado de derecho en territorio convencional. La verdad, aunque venga del contrario, sigue siendo verdad.
Se equivocó el autócrata al decir que el aumento al salario mínimo no provocaría una escalada alcista de la inflación, también erró al decir que nos ahorraríamos recursos al cambiar el aeropuerto a Santa Lucía. Es claro que ahí existe un aeropuerto, que aún no podemos llamar “internacional”, ya que las ausentes opiniones de la FAA y la OACI son las que cuentan, y nada puede hacer para apresurarlas.
Pero en lo que acierta el Presidente es dejarnos claro que ninguna instancia del Estado mexicano reprobará su proceder, por grave que éste sea. Con amplia sonrisa reta a la SCJN a dar curso a queja o reclamación que lo devuelva a los cauces de la legalidad.
Sólo ha sido exitoso en establecer un entorno de amago y presión, que se refleja en los pálidos rostros de quienes antes fueran los grandes empresarios de esta nación.
Ante el escándalo, el caudillo tiende cortinas de humo. Su fanaticada iracunda sale a las redes a censurar el que no se idolatre, a quien llegó a la silla presidencial cubierto de un halo de duda que no ha podido ser disipado por el INE. Así es, aún no sabemos quiénes y cómo pagaron la campaña electoral más larga y costosa de la historia.
El que los mexicanos con candidez no hayan sabido oponerse a las reformas constitucionales de 2019, que transformaron la Constitución en el fuete que fustiga a quienes no se someten al gobierno de cuarta, fue sólo el principio.
El timbre sonó en aquel año, pero la complicidad; la comprada lealtad, o, simplemente, el miedo, inmovilizaron a una comunidad jurídica que tristemente se ha distinguido por inocuos pronunciamientos que no han llegado a ser cuestionamientos ante instancias internacionales.
