Septiembre 16

Ya se acabó lo que atracaron, ahora irán por lo que queda de los fideicomisos y todo lo que alguna vez fue el erario

La obra de devastación que se ha denominado 4T tendrá su cenit en la fecha de la festividad patria. En los próximos 45 días veremos cómo, quienes hicieron de los puestos botín, tendrán que refugiarse detrás de un concepto que no comprenden, la independencia; el cual les servirá para llevar la polarización al terreno internacional. Después de cuatro años de enfrentar a los mexicanos entre sí, ahora nos confrontarán con los intereses del país con el que tenemos la mayor relación comercial y de donde proviene el principal ingreso nacional.

Dirá que el causante de nuestros males es el imperio que trata de sobajar la soberanía energética, acusándolo de tratar de apoderarse del cada vez menos deseado petróleo nacional. Inventándose una incursión invasora que no existe, tratará de hacernos creer que el enemigo a combatir no es la improvisación e ineptitud del equipo que irresponsablemente puso al frente, sino una potencia extranjera.

Sabe que la disputa es clara y puntual, carece de sustento constitucional y convencional el monopolio oficialista que trató de imponer por la puerta de atrás. Nadie le reclama el hidrocarburo, por el contrario, le permiten refinarlo en instalaciones que no cumplen con medidas ambientales y de seguridad establecidas en el vecino país, y no sólo eso, le han respetado un extraño régimen de exportación que no mira a la contabilidad de Deer Park, vamos, ni siquiera le han auditado los ingresos de la venta en alta mar, ésos, que él dice derivan de la compra de la refinería, pero que siempre han existido en un limbo presupuestario.

El párrafo que, una y otra vez, lee en su diatriba matutina, no sustenta ni respalda el trato discriminatorio y de acceso selectivo al mercado eléctrico nacional. Le mintieron, no se reservaron la capacidad de imponer una dictadura energética.

Ya se acabó lo que atracaron, ahora irán por lo que queda de los fideicomisos y todo lo que alguna vez fue el erario; vivirán al día, con lo que vayan recaudando, amenazando cerrar aquellas empresas que no paguen la cantidad que arbitrariamente se calcule en lo oscurito. Sí, se abusa del control administrativo conocido como sello fiscal, ése que el Poder Judicial no ha reprobado, a pesar de que anula todo derecho fundamental a la libertad de industria. Secuestran la capacidad de subsistir, cobrando como rescate sumas disfrazadas de contribuciones.

Nadie puede llamarse a sorpresa, lo dijo fuerte y claro, el día que festejemos la independencia, amañadamente se envolverá en ese concepto, llamando al pueblo a soportar los males que habrá que cosechar tras cuatro años de mal gobierno. Dirá que es culpa de un extraño enemigo que viene a exigir lo que es debido. Sabe que le habla a una audiencia que no lee las leyes y menos los tratados, una que no cuestiona lo que se dice desde el púlpito de la burocracia.

Veremos cómo tratará de enfundarse en el traje de Cárdenas y pedirá el apoyo popular a medidas draconianas disfrazadas de defensa de lo propio, cuando en realidad, es incapaz de reconocer que él y su equipo no entendieron lo que firmaron. No recuerdan que Trump les pidió que se agacharan y lo hicieron.

En lúgubres pasillos de Palacio ya se escriben las líneas de los decretos con los que volveremos a aquellos tiempos en los que con ocurrencias se pretendía resolver la problemática nacional.

Desde luego, también ya se hacen los arreglos con aquellos que en lo oscuro reciben beneficios a cambio de aplaudir y de guiar a la borregada. Los aplausos no se harán esperar, el patrioterismo hará presa de las masas. El pasado nos devorará.

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