Hora de renegociar
Quienes antecedieron a Ramírez de la O siempre llegaron al final del ejercicio con ilegales, irregulares, opacos, pero muy necesarios “guardaditos”.
Cada mes de enero se pone a prueba la credibilidad de la información financiera, tanto la producida por instancias de autoridad, como la generada por analistas del sector privado. Esto es, los acreedores sientan a la mesa a quienes buscan renovar plazos o solicitar nuevas sumas en calidad de préstamo. Sí, es el momento en el que quienes ponen recursos financieros deciden si están en el lugar correcto o si deben emprender el vuelo hacia entornos que brinden mejores rendimientos, lo cual no sólo involucra el porcentaje de éstos, sino también el grado de certeza de que recuperarán lo invertido.
Es, por supuesto, el peor momento para que el titular de las finanzas públicas deje el puesto, dado que manda la peor de las señales. Deja un explosivo paquete a quien se quede en su lugar. Las “líneas”, como se conocen en el medio, hoy tendrán que resistir negras expectativas en el orden político, dado que, tozudamente, nuestros gobernantes se asumieron con tamaños para retar al vecino del norte. Ello provocará que más de un financiero decida acotar el riesgo, o bien, ser cauto al otorgar nuevos recursos, pactar plazos o definir tasas de interés.
El presupuesto federal no sólo es fantasioso, sino que ha sido construido dejando al descubierto enormes problemas de diseño. Se olvidaron, quienes lo elaboraron, y más quienes lo aprobaron, que a principio del año la actividad económica no produce el flujo necesario para atender rubros básicos del gasto. Quienes antecedieron a Ramírez de la O siempre llegaron al final del ejercicio con ilegales, irregulares u opacos, pero muy necesarios “guardaditos”. Sin embargo, el supuesto experto de la pseudoizquierda entregará un arca en la que sólo existen promesas, saliva y mucha imaginación.
Los más rancios neoliberales, transformados en operadores bursátiles, están tan metidos en esconder enormes caudales producidos por los turbios negocios que hacen quienes antes criticaban al tricolor, que ya no arrastraron el lápiz para hacer una programación financiera que no hiciera ver mal a la nueva residente del virreinal palacio. Tarde o temprano la señora Presidenta advertirá que el nutrido equipo de técnicos, antes denostados, y hoy premiados en lo oscurito, sirven sin recato alguno a quienes conforman la palaciega corte de Macuspana, y que poco les importa que naufrague el equipo al bat.
Videgaray no llegó a ningún acuerdo con los que hoy dan la cara, y sabe que han prescrito, o están próximo a hacerlo, todas sus trapacerías y que los títeres que controla a distancia se han granjeado a los que están cerca del retirado cacique. Es decir, que están del lado del que manda. Existe un capelo que permitirá a los peñistas seguir disfrutando de los enormes caudales que hicieron con el sudor de la frente de los demás. Seguirán, todos sus secuaces, jugando a la bolsa hasta que quede bien limpio el cash. El bastón de mando ha demostrado que no es varita mágica y que no es sino un decorativo palo, hecho de puro jarabe.
Empezarán por no cubrir los pagos que se hacen a los funcionarios y becarios en el exterior, ya que tal demora se nota menos que el impago a la burocracia local. Seguirán proveedores de servicios cautivos, ello es, quienes han puesto todo su haber en empresas que viven de empresas gubernamentales y que, al haber comprado sus contratos, asumieron que no hay raje. Al no tener opción, tendrán que dar 30, 60 y 90 vueltas, con factura en mano. Así, segmento a segmento, quienes viven del presupuesto verán demorar lo que esperaban de quienes les dijeron que los programas sociales llegaron para quedarse.
